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Javier de la Rosa y los directivos de Ercros toman el 17% del capital de la compañía

Javier de la Rosa y el comité de dirección de Ercros han tomado una participación del 17% del capital de la empresa al acudir a la última ampliación, prácticamente desierta en el mercado. La operación, que ha supuesto para los nuevos socios de Ercros un desembolso de 9.000 millones de pesetas, se realizó al precio de 600 pesetas por acción, mientras que el último cambio registrado en Bolsa fue de 880 pesetas. El Grupo Torras-KIO, socio mayoritario de Ercros, mantiene su proporción (39%) una vez cubierta la ampliación. El Banco Hispano Americano también mantiene su 4%.

Javier de la Rosa -el financiero que representa en España los intereses del Kuwait Invetments Office (KIO)-, ha tomado practicamente la mitad de la ampliación no negociada en el mercado. Esta decisión puede interpretarse como una apuesta personal de De la Rosa y del equipo directivo de Ercros frente a la aparente inhibición de Torras-KIO, el socio mayoritario del grupo químico.De hecho, llama la atención que KIO se haya limitado a hacer uso de los derechos de suscripción de sus títulos para mantener el paquete institucional del 39%. Tradicionalmente, el grupo kuwaití ha soportado los costes derivados de sus múltiples apelaciones al mercado, como ocurrió en tiempos de la crisis bursátil de otoño de 1987. El desdoble de Ercros ha significado, en términos estrictos de mercado, el primer fracaso de una ampliación de capital de una empresa española participada por KIO.

El precio al que estaba fijada la ampliación está muy por debajo del promedio de los últimos años debido a la deflacción general del mercado y se convertía así en una ocasión singular para que KIO se hiciera con el control de la mayoría absoluta de la compañía. La actitud del grupo kuwaití puede explicarse a partir de los resultados de Ercros, -todavía no publicados- que sólo alcanzan los 1.000 millones en 1990, sobre una facturación global de 330.000 millones, según fuentes ejecutivas del grupo químico. Algunos analistas habían pronosticado incluso unos resultados menos positivos.

A través de Quail

Ercros abordó esta ampliación de capital al 120% para hacer frente a sus compromisos en el sector de fertilizantes y a la recomposición de su filial Río Tinto Minera. "A partir de constatar que no se negociaban derechos, Javier de la Rosa, consejero de Ercros y vicepresidente ejectivo de] socio mayoritario, el Grupo Torras-KIO, acordó acudir a la ampliación conjuntamente con los directivos del grupo químico" señalan fuentes de Ercros. De la Rosa, a título personal y desde su sociedad patrimonial Quail España, SA ha invertido en la operación práctica totalidad de los 9.000 millones movilizados en la operación.El management de la empresa química, incluído el presidente Javier Vega de Seoane y otros nueve directivos que componene el comité de dirección del grupo, participan en la operación hasta un 10% de la operación cantidad desembolsada.

Antes de lanzar la ampliación los responsables del grupo químico encargaron valoraciones de la compañía a Morgan Stanley y Bank of America. Los precios de los consultores realizados en base al valor real de reposición de la compañía oscilaron entre 1.500 y 2.000 pesetas por acción, lo que suponía un precio global superior a los 100.000 millones.

El pasado 11 de enero, Ercros materializó la venta de su filial petrolera Ertoil al grupo luxemburgués General Mediterranean, que a su vez había establecido para la operación un acuerdo industrial con la multinacional francesa Elf Aquitaine, que posee un 24% de Cepsa. Esta operación, que se realizó por un total de 45.600 millones, supuso para Ercros unas plusvalías contables de 16.000 millones que figurarán en el balance cerrado de 1991.

Las desinversiones de Ercros empezaron prácticamente al día siguiente de concretarse el nacimiento en 1988 del primer grupo petroquímico español con la fusión Cros-Explosivos Río Tinto con las máximas exenciones fiscales. Inicialmente Ercros vendió sus activos inmobiliarios a la sociedad Prima Inmobiliaria -controlada también por el Grupo Torras-KIO- por un total de 30.000 millones de pesetas.

El plan de desinversiones siguió con la división de farmacia -Doctor Andreu, Lisac y Cepa- y en 1990, el grupo químico concretó la venta al Instituto Nacional de Industria de sus minas de potasa por 5.000 millones. Posteriormente concreto la venta a Fecsa de Emesa por 4.000 millones.

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