El equipo Larrousse, primera víctima del nuevo código de la Fórmula 1
El equipo del francés Gerard Larrousse ha sido la primera víctima de la recién creada comisión disciplinaria que intervendrá en el Mundial de Fórmula 1. El Consejo Mundial decidió excluir a la escudería Espo-Larrousse de la clasificación de constructores del campeonato del mundo de 1990 pretextando falsedad en la inscripción. Esta decisión puede costar al equipo francés más de 200 millones de pesetas.Para la federación, el equipo Larrousse no es un auténtico constructor, ya que los coches son fabricados por la firma británica Lola, hecho que no supone, novedad alguna pues es público y notorio desde la creación de la escudería en 1987. La interpretación oficial es de que el boletín de inscripción significaba implícitamente que el equipo inscrito pertenecía a un constructor.
De todas formas, Larrousse fichó el pasado año al ingeniero francés Gerard Ducarouge, uno de los mejores proyectistas de la F-1, para que diseñase sus coches. Lo que sorprende es que la federación haya tardado más de un ano en reaccionar y lo haya hecho de forma imprevista.
Otros contratiempos
Para el equipo Larrousse este hecho representa un fuerte golpe. No sólo porque los once puntos conquistados el pasado año lo fueron en buena lid, sino porque esta exclusión les obligará a pasar por el calvario de las precalificaciones y les impedirá gozar de los beneficios que la Asociación de Constructores reserva a los diez mejores equipos, tanto en primas como en gastos de desplazamiento, que representan unos 200 millones anuales.Gerard Larrousse está, sin embargo, acostumbrado a sufrir graves sobresaltos. Este contratiempo será uno más a añadir a su accidentada carrera en la F-1. El ex piloto de rallies y circuitos, donde llegó a correr en Fórmula 2, constituyó el equipo con ayuda del especialista en publicidad y piloto de turismos, Didier Camels, que se ocupaba de la parte financiera del equipo. Larrousse y Camels consiguieron crear un grupo de pequeños patrocinadores y llegaron a un acuerdo con la firma Lola para que les construyera los monoplazas.
El primer contratiempo llegó cuando la región de Alta Normandía, que los apoyaba, no consiguió llevar adelante el proyecto de construcción de un circuito y un polígono industrial de alta tecnología, donde el equipo tenía previsto montar su base, optando finalmente Larrousse por trasladarse al trazado de Paul Ricard, donde el pasado año inaguró una factoría.
Este contratiempo sería mucho menos importante que el segundo. Didier Camels mató a su mujer de un tiro, siendo condenado por los tribunales franceses, por lo que el equipo estuvo en peligro de desaparecer. Larrousse compró la participación de Camels y se alió con el grapo Espo para continuar en la F- 1, y confió en los pilotos Aguri Suzuki y Eric Bernard y en el motor Lamborghini V12.
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