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Los efectos de la guerra

Cuatro semanas. Hace ya cuatro semanas que los soldados iraquíes, atrincherados en Kuwait en sus refugios subterráneos, sufren el fuego graneado de los coaligados. Las armas truenan sin cesar, día y noche. Puede desmoronar a los hombres más aguerridos.Enfrente, los aliados se preparan para la ofensiva terrestre. Saben que será violenta. Mortal. De un lado y del otro, el miedo pone un nudo en el estómago. Los carácteres más templados, los soldados más preparados no escapan al estrés del combate. ( ... ) Todo combatiente conoce el estrés. Puede ser saludable, preparatorio para la acción. Un increíble baile hormonal, orquestado por el cerebro, pone en alerta a los sentidos, los músculos se tensan, el corazón late más rápido. Pero, a veces, estas reacciones son excesivas, el hombre no las controla, sufre taquicardia, su pulso se acelera (un mal muy conocido, le llaman corazón de soldado), vomita y padece dolores intensos. El combatiente está como paralizado, apático, aparentemente indiferente a lo que pasa a su alrededor. O al contrario, está agitado, hablando sin parar. ( ... )

Los soldados profesionales, los que se encuentran ahora en el Golfo, han sido seleccionados en función de su resistencia psíquica. ( ... ) No obstante, inevitablemente, muchos de ellos van a derrumbarse ( ... ) porque incluso el soldado más valiente no puede ser una máquina de matar.

16 de enero

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