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Un barco, última propiedad subastada de Bjorn Borg por decisión judicial

El que fuera imperio económico de Bjorn Borg sigue cayendo a pedazos bajo los golpes implacables del martillo judicial. La semana pasada, su barco Thundercan, orgullo del ex campeón y el rey de la velocidad del archipiélago de Estocolmo, especialmente construido para disfrute de sus días de esparcimiento, por el que había pagado dos millones y medio de coronas en 1984, fue vendido en 425.000 coronas. Dando la razón al conocido proverbio de que "del árbol caído todos hacen astillas", el rematador no mostró especial interés en defender el valor de su mercancía. Arrancó con una oferta de 400.000 coronas, alguien subió 25.000 y tras el consabido "uno, dos y tres", cayó el martillo. En menos de un minuto el barco que albergó ilusiones y quizás los momentos más felices de Borg, pasó a manos de un desconocido propietario que ya manifestó su intención de llevarlo a la Riviera francesa y venderlo, según espera, por una suma mucho mayor.No era este barco la propiedad más valiosa de Bjorn Borg (su privilegiada villa en el archipiélago de Estocolmo se vendió recientemente, también por orden de la justicia, en varios millones), pero debía tener un valor afectivo -si es que en la vorágine de los millones que van y vienen queda lugar para ese tipo de valores- que agrega otro matiz a su desastre económico.

Hace poco, en uno de los múltiples pleitos que acreedores, ex -socios y ex mujeres promovieron contra él, Borg perdió el derecho a la custodia de su hijo Robin, de cinco años, que pasó a responsabilidad exclusiva de la madre, Janínke Bjorling, con la que se había casado en 1984. Es cierto que antes el tenista había ganado el juicio contra una publicación que, recogiendo declaraciones de Jannike, lo había señalado como consumidor de cocaína. Pero este triunfo fugaz en medio de tantas derrotas no cambió el signo de la adversidad. Recientemente, su abogado, uno de los más famosos del ambiente judicial sueco, fue suspendido en el ejercicio de su profesión por haber incurrido, presuntamente, en una grave irregularidad en un pleito en el que actuaba.

Imparable caída

En medio de esta imparable caída que ha golpeado su patrimonio tanto como su imagen, el otrora quíntuple ganador del torneo de Wimbledon sigue con sus planes de volver a las competiciones internacionales. Para muchos, se trata de un gesto desesperado de un hombre en bancarrota; para otros, la posibilidad de inyectar un poco de vida a sus debilitadas finanzas y al mismo tiempo a su propia estima. En cualquier caso, pocos creen que el retorno sea triunfal. Bjorn Borg, caracterizado como un hombre de limitado intelecto, pero de una gran frialdad para adoptar decisiones y riguroso en su disciplina deportiva, ha dicho que vuelve porque extraña la lucha y está convencido de que tendrá éxito.

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