Condenado un policía municipal por incumplir el Códígo de la Circulación en una persecución

El titular del Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid, Ramón Sáez Valcárcel, ha condenado a un policía municipal de Madrid a dos días de arresto menor y una multa de 50.0100 pesetas por no respetar la distancia de seguridad cuando perseguía a un motorista de 15 años. El coche patrulla atropelló al joven, que previamente había hecho caso omiso del alto policial, cuando su moto derrapó en plena persecución. El Ayuntamiento recurrirá la sentencia.

El concejal de Seguridad y Policía Municipal, el centrista Fernando Bocanegra, se mostró ayer sorprendido por las argumentaciones del juez, "¿Debemos atenernos el Código de la Circulación cuando perseguimos a una persona que no se detiene cuando la policía le da el alto?", preguntó. Uno de sus agentes, Sebastián Sánchez Bote, ha sido condenado por no respetar la distancia de seguridad en una persecución.Ocurrió el 11 de junio, cuando el policía prestaba servicio en la patrulla verde. El agente conductor, junto con su compañero José Luis Serrano, observó que una moto Yamaha expulsaba demasiado humo, según el texto judicial. El motorista, Alberto Gómez Salinas, de 15 años, no hizo caso de las señales policiales para que se detuviera. El patrulla puso a funcionar las señales acústicas, según declararon varios testigos, y comenzó la persecución.

Tras recorrer varias calles del distrito de Ciudad Lineal, los dos vehículos entraron en la calle de Emilio Ferrari a una velocidad de 90 kilómetros por hora. Al llegar a un tramo de tierra, la Yamaha derrapó. El coche, que estaba a una distancia de 10 metros, "pasó por encima del joven" y una de las ruedas aplastó el brazo izquierdo de Alberto Gómez. Tardó 71 días en curar de todas sus heridas en espalda, hemitórax, brazos, piernas y cabeza.

El policía inculpado considera, sin embargo, que gran parte de la narración reflejada en la sentencia es incorrecta. "No le dimos el alto porque soltara mucho humo, sino porque su tubo de escape producía mucho ruido y tampoco está claro que nuestro coche le pasara por encima", explica.

Gran polvareda

"Al llegar a una zona de tierra, una de las ruedas de nuestro vehículo pinchó", prosigue el agente. "Unos segundos des Pués la moto derrapó y frené. Todo esto ocasionó una gran polvareda que nos impidió ver lo que pasó. Un testigo afirmó que vio cómo el coche le pasaba por encima al motorista, pero le vimos levantarse a unos tres metros de nuestro vehículo".

En la sentencia, el juez re cuerda que en la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Víal "se im pone la obligación a todo conductor que circule detrás de otro de dejar un espacio libre que le permita detenerse sin colisionar con él".

La sentencia reconoce que "los policías actuaban en el ejercicio de su cargo", aunque matiza que, dadas las circunstancias -se trataba de perseguir a un "niño" porque su moto "echaba abundante humo"- "no era necesario ni funcional al interés del Estado perseguir y sancionar a los posibles infractores y poner en riesgo la integridad física de un ciudadano de 15 años.

Según el espíritu de la sentencia, la persecución se tenía que haber realizado guardando una distancia de seguridad no inferior a 50 metros.

Según Bocanegra, que ha anunciado que el Ayuntamiento apelará la decisión judicial, en este punto de la sentencia se olvida que el joven herido no se detuvo ante las indicaciones policiales. Alberto Gómez huyó porque había cogido la moto de su padre sin permiso.

La sentencia condena a Sebastián Sánchez, como "autor de una falta de lesiones imprudentes con infracción de reglamentos", a dos días de arresto menor y a multa de 50.000 pesetas. El Ayuntamiento de Madrid, como responsable civil directo, debe abonar una indemnización 355.000 pesetas por "daño personal (...), daño moral y psiquiátrico y la secuela". El municipio también debe hacerse cargo de los daños causados a la moto, cuya reparación ascendió a 94.630 pesetas. El compañero del agente conductor, Serrano, fue absuelto.