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Delecour entrega el Rally de Montecarlo a Sainz en la última prueba cronometrada

Carlos Sainz (Toyota Celica) culminó ayer su primera victoria en el Rally de Montecarlo, la más prestigiosa de las pruebas del Mundial. Tras un intenso duelo con el piloto francés Franyois Delecour (Ford Sierra Cosworth), Sainz recuperó el liderazgo en la última especial cuando el francés, auténtica revelación del rally, sufrió importantes problemas mecánicos que le relegaron hasta el tercer lugar de la general. Delecour rompió la suspensión trasera de su Sierra, cuando Sainz ya daba por bueno el segundo lugar y había levantado el pie del acelerador.

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Delecour, llorando sobre el volante, intentó proseguir penosamente, pero al llegar a una zona helada su coche no respondió y la situación se agravó con un pequeño toque y un pinchazo. Delecour sufrió un retraso de casi seis minutos, que le relegaron al tercer lugar, justo detrás del bicampeón mundial, el italiano Miki Biasion (Lancia), quien sin apenas pretenderlo consiguió una segunda posición por la que apenas había batallado.Sainz, ajeno a lo que sucedía, fue el primer sorprendido al ver que Delecour no llegaba a final del último tramo. Fue así como conoció una victoria que no esperaba. Pese a que Sainz y su copiloto, Luis Moya, son de los que piensan que un rally no se acaba hasta el último metro, lo cierto es que ambos renunciaron a la victoria después de que Delecour se mostrara firme en las dos últimas especiales antes del último pase por el col de Turini.

Para Delecour, la derrota llegó de la forma más amarga, en el último momento, cuando ya saboreaba la victoria. Una decepción que Sainz conoce bien, puesto que la ha sentido en bastantes ocasiones, especialmente en el RAC de Inglaterra de 1989 cuando rompió la transmisión en el penúltimo tramo. Los problemas suelen aparecer cuando menos se esperan; algunas veces en los inicios del rally como le sucedió a Auriol en este Montecarlo, y otras al final, como a Delecour. En cualquiera caso, el Turini arrebató la victoria a Sainz el pasado año y éste se la ha entregado.

Extraordinaria racha

La historia, los libros, sólo recordarán que Sainz ganó el Monte 91. Y lo ha hecho manteniendo su increíble racha. 10 rallies finalizados consecutivamente, siempre con clasificaciones excepcionales: cinco victorias (Acrópolis, Nueva Zelanda, 1.000 Lagos, RAC y Montecarlo), tres segundos lugares (Córcega, Argentina y Australia), un tercero (San Remo) y un cuarto (Safari). Y a la vez entra en el olimpo de los ganadores de la triple corona, los tres rallies más prestigiosos: Montecarlo, RAC y 1.000 Lagos, algo que en el pasado sólo alcanzaron Erik Carlsson, Timo Makinen y Ari Yatanen.

Delecour había sido respetado hasta aquel momento por los ¡incidentes. En su haber, sólo un trompo en el que acortó ligeramente el maletero. Por el contrario, sus dos compañeros, el italiano Alex Florio y, el británico Malcolm Wilson, habían sufrido notables problemas.

La última noche que nos brindaron Sainz y Delecour fue delirante. En la primera especial, el primero de los tres pasos por el Turini, Sainz encontró la nieve lanzada por los espectadores y Delecour se limitó a seguir las huellas dejadas por el español; resultado, el francés le sacó 11 segundos y se colocó líder con (los segundos de margen. Por vez primera, Sainz perdía su privilegiada posición en este rally, que controlaba desde el inicio. En el puerto de la Couillole Sainz contraatacó y recuperó el mando, con ocho segundos de ventaja. Siguieron las mínimas diferencias y antes de la segunda pasada por la Couillole, Sainz aún estaba cuatro segundos por delante. Fue aquí donde Delecour lanzar su último ataque, tras el cual rebajaron en 34 segundos su tiempo anterior y se colocón otra vez en primer lugar, con dos segundos de ventaja sobre el español. Quedaban tres especiales. Pero Delecour, ansioso por ganar el primer rally de su vida, consideró insuficiente la ventaja; consiguió así otros 14 segundos tras el paso por el puerto de Saint Raphael. "No se puede hacer nada", indicó el campeón del mundo. Y pensó que el campeonato acababa de empezar y levantó el pie para asegurar el segundo puesto. Nadie podía imaginar entonces el golpe de teatro que se iba a producir.

Delecour está considerado desde hace tiempo como la gran esperanza francesa, aunque hasta la fecha no había dispuesto de un coche capaz de ganar. Y en esta primera ocasión supo aprovecharlo. Siempre al borde del desastre, Delecour consiguió prestaciones notables. "Pienso que he ido seguro. Tomaba más riesgos y las curvas más deprisa con el Peugeot 309, sólo que aquí se acercan a una velocidad alucinante", dijo Delecour.

El Montecarlo ha quedado así como un gran duelo entre Sainz y Delecour, y nadie consiguió mezclarse en esta batalla. Auriol quedó eliminado de entrada y Schwarz se retrasó a causa de una salida y un pinchazo. Así, no es de extrañar que entre Sainz y un conservador Biasion existiesen prácticamente cinco minutos. Todo un dato.

Clasificación final: 1. Sainz-Moya (Toyota), 6h 57m 21s; 2. Biasion-Siviero (Lancia), a 4m 49s; 3. Delecour-Pauwels (Ford), a 51m 12s; y 4. Schwarz-Hertz (Toyota), a 6m 31 s.

Mundial de pilotos: 1. Sainz, 20 puntos; 2. Biasion, 15; y 3. Delecour, 12. Mundial de marcas: 1. Toyota, 20 puntos; 2. Lancia, 17; y 3. Ford, 14.

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