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Pujol reconoce "diferencias" con Roca en la reunión del Consejo Nacional de Convergencia

El presidente de la Generalitat y de Convergéncia, Jordi Pujol, y el secretario general del partido, Miquel Roca, hicieron ayer un esfuerzo para evitar que las discrepancias entre ambos, y que han Nevado al segundo a anunciar a sus colaboradores el abandono del cargo tras las próximas elecciones municipales, emergieran durante la reunión del Consejo Nacional del partido. Pese a ello, Pujol no tuvo reparos en reconocer durante el consejo, celebrado a puerta cerrada, que tenía diferencias con Roca, aunque insistió en que éste no se podría quejar nunca de falta de afecto y consideración hacia su persona. El presidente de Convergéncia no hizo ninguna referencia a un reparto de poder diferente al actual en el seno del partido nacionalistas

Al menos tres cosas quedaron claras para los dirigentes convergentes que disponen de un mayor caudal informativo sobre las diferencias entre Jordí Pujol y Miquel Roca. Primero, que el presidente de la Generalitat está profundamente molesto con el secretario general de Convergència. Segundo, que la crisis de relaciones entre ambos tiene una gran magnitud, quizás mayor de lo que incluso pensaban los más realistas. Y Tercero, que Pujol no ha modificado su posición inicial.Miquel Roca, en una conferencia de prensa celebrada al término de la reunión del consejo, desgranó una serie de respuestas evasivas sobre las noticias publicadas estos días acerca de su voluntad de dimitir del cargo, respuestas que no entraban en el fondo de la cuestión Cuando se le preguntó si había comunicado a sus colaboradores su decisión de dimitir, Roca contestó: "No me obligue a contestarle así; lo que nosotros [Pujol y Roca] no podemos es estar contestando a cada momento las informaciones que salen y quiero señalar que las informaciones que se han pu blicado no son ciertas". Roca evitaba así pronunciarse sobre el tema en cuestión: si tenía o no intención de dimitir.

En otro momento, Roca explicó que consideraría normal que hubiera divergencias entre él y Pujol pero que quería deja claro que no era cierto ya que "el secretario general actuaba de acuerdo con el presidente del partido". "Sería metafísicamente imposible que estas discrepancias pudiesen producirse", agregó.

Pujol tuvo una larga intervención durante la primera parte del Consejo Nacional que se prolongó durante casi una hora. En su alocución se refirió a las relaciones entre Unió y Convergencia, a las relaciones con los socialistas, a las dificultades del actual Estatut y a la guerra del Golfo. No más de 30 segundo dedicó en su intervención Inicial a la crisis del partido señalando que no era cierto que no tuviera consideración hacia su secretario general y que ya lo había querido dejar claro en una nota publicada la semana pasada para evitar confusiones.

Del turno de intervenciones (siete), dos estuvieron dedicadas a las relaciones con su socio de coalición, Unió Democrática, y tres al teórico tema estrella de la reunión: qué sucede en la relación entre Pujol y Roca. Carles Campuzano, secretario general de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), rama juvenil de CDC, dirigente de fuertes convicciones roquistas, resaltó que el gran capital de Convergéncia era el binomio Roca-Pujol aunque señaló que quizás era el momento que el presidente de la Generalitat diera a Roca mayores cuotas de poder. El ex consejero de Política Territorial de la Generalitat, Xavier Bigatá, realizó una intervención bastante similar a la de Campuzano aunque no pidió nada para Roca y se preguntó si realmente no había problemas en la cúpula de CDC. Josep Maria Ribó, un pequeño empresario de corte claramente pujolista dijo que no podía ser que se utilizara a la Prensa para dirimir problemas internos del partido.

A Campuzano, Pujol ni le replicó. A Bigatá y a Ribó les contestó que en ningún momento había dicho que no pasaba nada entre él y Miquel Roca y avanzó que su secretario general no podía decir que no contara con el afecto y estima del presidente de la Generalitat, evidenciando que no pensaba en otro tipo de concesiones. Añadió Pujol que valoraba el trabajo de Roca y explicó, como un ejemplo de que en otras ocasiones había habido diferencias, que en 1979 había estado (Pujol) en desacuerdo cuando se formalizó el pacte de progrés municipal y que, sin embargo, él lo había acatado.

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Roca cerró las intervenciones con un discurso calificado por un dirigente de CDC como "de absoluta ortodoxia". Vino a decir que el partido no podía perder el tiempo con estas cuestiones y debía concentrarse en las elecciones municipales y aseguró que no tenía diferencias con Pujol y que si las tuviera cumpliría el encargo del último congreso en que se le nombró secretario general: "Entenderme siempre con Pujol".

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