"He visto un milagro"
La respuesta de todos los expertos que ayer asistieron a la presentación del MAERS fue unánime: "Es sorprendente, asombroso". "Si esos niños hablan como parece que hablan yo he visto un milagro", comentó desde el foro un hombre procedente de Vigo cuyo hijo y nieta de seis meses son sordos de nacimiento.Para Hetore Bocca, catedrático de otorrinolaringología de la Universidad de Milán, y una autoridad mundial en el estudio de las aferencias acústicas, no se trataba ciertamente de un milagro. "Representa una etapa evolutiva muy importante en la reeducación de los sordos profundos", entendió. "Desde el punto de vista teórico resulta interesante que se puedan sumar varias aferencias sensoriales en la creación de un estímulo de identidad suficiente para que represente un mensaje", agregó y aseguró que haría todo lo posible por divulgar el método en su país.
Su colega español y catedrático en la Universidad de Granada, Miguel Ciges, apeló al rigor científico, "para no lanzar las campanas al vuelo prematuramente". "Aparentemente, el método es revolucionario y de resultados extraord,inariamente buenos, pero es necesario aplicarlo en varias escuelas y comparar los resultados después de un tiempo".
Los especialistas destacaron el acento, la entonación y la claridad fonética demostrada por los niños tratados con el MAERS. Al final sólo quedó una pregunta en el aire:¿Y ahora qué?
Las tendencias de reeducación de sordomundos varían entre los métodos gestuales, propios de Francia y el mundo anglosajón, y la tradición española, más oralista.
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