No queríamos la guerra; no pudimos evitarla

La guerra siempre es horrible, pero hay ocasiones en las que es el menor de dos males. Ahora nos enfrentamos a una de esas ocasiones. (...) No hemos podido huir de la opción militar. Sadam no nos dejó alternativa. Sin embargo, es comprensible que la gente se pregunte si esta guerra es justificable. Yo pienso que la respuesta es sí.Se cumplen ahora cinco meses y medio de la brutal invasión iraquí. La coalición internacional mostró una gran paciencia y moderación. Dejamos absolutamente claro que Irak no sería atacado si se retiraba. Hicimos todo lo posible por la paz. Intentamos todas las presiones pacíficas que pudimos: económicas, diplomáticas y la amenaza de la fuerza. (...) La razón más importante para adoptar la opción militar es, sobre todo, el mantenimiento de la ley internacional y la autoridad de Naciones Unidas. Con ello, estamos reforzando nuestra seguridad colectiva y haciendo del mundo un lugar más seguro. Si queremos proteger y aumentar la seguridad a largo plazo, tenemos que estar preparados para enfrentarnos a cualquier amenaza y, si es necesario, por medios militares.

No queríamos esta guerra ni hicimos nada para alentarla. Hicimos, todo lo posible para evitar emprenderla. Se dio tiempo suficiente al dirigente iraquí para abandonar Kuwait. No lo hizo. Nuestra causa es justa. Podemos confiar en la victoria.

18 de enero