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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Paz, sí; cinismo, no

"Palestina vencerá a la mano asesina", dicen los musulmanes de Melilla

Se vio el rostro y se oyó la voz de Felipe González en los bares próximos a la mezquita central y fue Abderramán Mohamed, de 27 años, presidente de Terra Omnium (fundada por Acimar Dudu, reclamado hoy por sedición), quien desde el centro de la calle gritó: "¡Paz sí, cinismo no!". Medio centenar de simpatizantes, casi todos jóvenes y muchos de ellos en paro, le corearon. Con el gesto crispado le siguieron en improvisada manifestación por la barriada melillense de los musulmanes, que aquí son más de 20.000: "¡Palestina vencerá a la mano asesina!. ¡Exigimos un Estado palestino! ¡Alá es grande!".Sentado a una mesa en un café que parecía medio oriental, Dris Abdelkader Teib, de 61 años, presidente de la asociación religiosa msulmana desde 1968, estaba seguro de que el terrorismo y la violencia se van a desatar en muchas partes. "Ningún musulmán está de acuerdo con esta guerra. Como ha dicho Sadam Husein, el rey de Arabia Saudí es un traidor por llamar al Ejército norteamericano. A occidente no le importa la suerte del emir de Kuwait ni la de su pueblo sino el petróleo y el poder".

Este dirigente religioso de aspecto pulcro hablaba en un tono de abatimiento y de tristeza, mientras en la calle el militante de Terra Omnium excitaba con entusiasmo a sus seguidores.

Dris Abdelkader siguió diciendo que Estados Unidos y sus aliados han declarado la guerra al islam. No buscan la paz, quieren matar. Y repitió que estaba convencido de que Sadam Husein se habría retirado por voluntad propia, por la fuerza nunca, si este asunto de árabes hubiera quedado en manos de los árabes. "Entre los árabes se habría encontrado la solución, dando por supuesto tierra a los palestinos", afirmó Abdelkader.

Como él, otros musulmanes de la ciudad de Melilla creían sin ninguna duda que la intervención de Israel en la guerra la hará santa entre los hermanos de religión, que se cuentan por millones en el mundo. "Veremos a Egipto, Siria y Marruecos volver sus armas contra el aliado que les ha comprado con millones de dólares".

El viejo y renqueante Renault, con altavoces atados en el techo, avanzó unos metros por la calle de García Cabrelles: "¿Ya están reclutando voluntarios para el Golfo?", preguntó una mujer.

En la mezquita, donde también hay baños turcos para hombres y mujeres, extendieron una gran alfombra de retales grises para cubrir por completo el patio. "Ahora, con la guerra que está matando a nuestros hermanos musulmanes, tenemos oraciones especiales por el alma de los caídos", explicó un anciano. Mustafá, de 32 años, temblaba de emoción: "no existe la justicia en el Golfo. Tienen que saber que sobre la aviación americana hay un cielo que no es de ellos. Ese cielo será nuestro". Otro, añadió: "la paz que pedimos no es la de Nueva York ni la paz de las Naciones Unidas. Esa es pura farsa".

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Mohamed Hassan, de 32 años, dijo: "Estoy ya tres años en el paro porque las empresas que vienen de la Península traen a su personal y aunque tengo la nacionalidad española no consigo un empleo". Esta era, al parecer, su guerra diaria y personal. Mohamed Hassan tenmía perderla por muchos esfuerzos que hiciera.

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