El nuevo orden mundial

El Consejo de Seguridad se ha convertido en célula mundial de crisis. Un nuevo orden está naciendo. Pero el parto todavía es incierto. Éste ha sido siempre el comportamiento del poderoso al golpear al débil, cuando aquellos que podían oponerse estaban ocupados en otro lugar. La invasión de Kuwalt ya lo ha permitido: en Beirut y en Vilna. El reducto cristiano de Líbano ha sido aplastado por los sirios. La máscara se ha caído. Estados Unidos no ha movido un dedo. Francia, tampoco. ( ... ) Los principios que había que defender eran, sin embargo, los mismos que en Kuwait. Los soviéticos, a su vez, confiados en el compromiso exclusivo de los americanos en el Golfo, han enviado sus tanques a limpiar el reducto de resistencia en Vilna. (...) Ya en marzo de 1956 (...) el Ejército Rojo aprovechó la crisis de Suez para aplastar la revolución de Budapest. Cuántas similitudes. (...) Pero también cuántas diferencias. (...) Veintiocho países se unen en una coalición que ejecuta las resoluciones del Consejo de Seguridad. Estados Unidos toma el mando. Una vez decidida la acción de fuerza, nada la detendrá. Aquí es donde Husein se ha equivocado. No ha observado la hábil prudencia de los sirios y soviéticos. Ha desafiado a la comunidad internacional. Seguramente no se esperaba el 2 de agosto una reacción tan vigorosa. Ha encarnado durante un tiempo el orgullo de "la nación árabe". Pero, sin duda, habrá perdido ante la historia. 16 de enero