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González advierte que se camina irreversiblemente hacia una guerra si Sadam no se retira de Kuwait

En tono grave y solemne, el presidente del Gobierno, Felipe González, se dirigió ayer a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, para dejar clara la gravedad de la crisis del Golfo, al señalar que "si Irak no acepta retirarse de Kuwait nos conduce, irreversiblemente, a una situación de conflicto". En una conferencia de prensa convocada inesperadamente al término del Consejo de Ministros, dedicado casi monográficamente al conflicto del Golfo, el jefe del Ejecutivo recalcó una vez más que en esa guerra que se avecina "España no estará implicada en ninguna acción ofensiva contra lrak".

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El presidente del Gobierno, al córivocar a la prensa una semana antes de comparecer ante el Congreso de los Diputados, en principio el 18 de enero, perseguía, según se interpreta en fuentes c,ficiales, un doble objetivo: Advertir primero del oscuro panorama internacional, aunque sigue subsistiendo una pequena esperanza de paz, y dejar además sentada la posición de su Gobierro, solidaría con stis socios occidentales de la coacción antúrae uí pero no hasta llegar a entrar en guerra a su lado.Para alcanzar su propósito González no sólo dió una conferencia de prensa larga y que sólo coneluyó cuando acabaron las preguntas sino que no dudó en ser didáctico explicando largo y tendido la resolución 678 del Consejo de Seguridad de la ONU, que autoriza implícitaniente el uso de la fuerza contra el régimen iraquí a partir del 15 de enero, que acabo leyendo parcialrriente.

Para seguir la crisis día a día González dará cita hoy y mañara domingo, a las, nueve de la mañana, a sus ministros de Exterlores, Defensa y del Portavoz y esta reunión será casi diaria porque, dijo, "es un mecanismo útil y ágil". El llamado gabinete de crisis, al que asister, además el vicepresidente y los utulares de Interior y Economía, no ha sido, en cambio, convocado y la ausencia del Alfonso Guerra en la reflexión común no reviste "ningún sigm Ficado especial".Confesión de pesimismo

Aunque en privado González no había disimulado su pesimismo, ayer, por primera vez, lo confesó en público negándose, sin emtargo, a pronunciar la palabra. "¿Hay, por parte le Irak, algún signo que tienda a corregir su uso ilegítimo de la fuerza?", se preguntó antes de contestarse: "Hasta el momento no se ve esa vía de esperanza". "Las declaraciones de Sadam Husein (presidente de Irak) son contundentes y tajantes (...) en el mantenimiento de la agresión".

"Puede que Irak tenga la percepción, y en parte con razón, de e ue la comunidad internacional desea fervientemente encontrar una salida no bélica", añadió. " ( ... ) Puede que lo interprete como una ventaja relativa" pero, advirtió, "espero que esto no conduzca a un error de cálculo cle Irak que haga irreversible el empleo de la fuerza" contra el Ejérjito de Husein por parte de Lina comunidad internacional que "tiene la legitimidad de derecho y la moral" para hacerlo.

Como era de esperar González reiteró hasta la saciedad que España formaba parte de ese grupo de países, mencionados en el tercer apartado de la resolución 678 de la ONU, que "proporcionarán apoyo adecuado" a aquellos otros Estados que recurran a las armas para liberar el emirato. El Ejecutivo "atiende y atenderá", recordó, "este requerimiento de la ONU consistente en mantener la misión de embargo y operaciones complementarias de carácter humanitario, logístico etcétera".

¿Puede usted asegurar que bajo ninguna circunstancia se enviará a un soldado rnás a Oriente Próximo?, le preguntó una periodista. "Debo ser honesto", respondió, "ni yo ni nadie se lo puede garantizar". "Le puedo asegurar, en cambio, que el Gobierno tiene una participación definida y que no está previsto que se modifique". "SI fueramos agredidos", se preguntó, ¿quién sabe lo que haríamos?".

El presidente fue, sin embargo, evasivo en su contestación a otra pregunta sobre la actitud de su Gobierno si Irak agrede a Turquía, socio de España en la Alianza Atlántica. "Es prácticamente imposible plantearme con los datos de que ahora disponemos, un enfrentamiento de esas características", respondió en un intento de eludir el fondo de la cuestión. "Pronunciarse es alimentar expectativas negativas", concluyó.

El miércoles, su ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, aseguró ante una comisión del Congreso que para España, Turquía es un aliado como Alemania y fuentes diplomáticas no españolas señalan que la única opción que el Ejecutivo español parece dispuesto a contemplar, si se le pide, es el envio de aviones cazabombarderos F 18 al este del país.

A pesar de la gravedad de su tono González pareció, relajado, v sólo endureció el gesto para hablar de la "gravedad" que reviste la publicación por el diario El Mundo de unos documentos secretos del Estado Mayor sobre supuestos teóricos de envíos de refuerzos españolas al Golfo y a Turquía que no cuentan con la aprobación del Gobierno. Recobró un aspecto distendido cuando aseguró que "ni antes ni después de su publicación" había leido esos papeles cuya elaboración forma parte del trabajo "normal" de un Estado Mayor.

Tres razones para creer aún en la paz

Después de esta sombría descripción de la situación Felipe González intentó, sin erribargo, en su comparecencia ante la prensa demostrar que aún quedaba un tenue hilo de luz en el panorama. "Mantengo", dijo, "la esperanza de una salida sin que sea utilizada la fuerza".¿En que se basa su esperanza? Primero, en que la entrevista del miércoles entre el secretarío de Estado norteamericano, James Baker, y su honiólogo iraquí, Tarek Aziz, sobre la que el Gobierno ha recibido un memorándum estadounidense, tiene, por su duración, "perfiles más positivos" de lo que se podía esperar. A lo largo de sus casi siete horas de duración, "algo más se habrá dicho" que la mera lectura de las resoluciones de la ONU.

La segunda razón es que el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, que hoy se entrevista con Husein en Bagdad, tiene para los iraquíes "un perfil menos negativo" que el de sus interlocutores occidentales. Hay en marcha, por último, afirmó aludiendo a las iniciativas de Argelia, "propuestas árabes de carácter regional" que pueden constituir "la fórmula ideal". Cinco meses después González, con aplomo, "reafirmó y reiteró" lo dicho en Viena el 7 de agosto de 1990: que la crisis del Golfo pasa por una solución regional.Garantía

¿Cuál es el precio a pagar para lograr una retirada voluntaria del emirato invadido?. "En mi opinión", contestó, "si Irak acata a la ONU puede y debe tener la garantía de que no va a ser atacado y el embargo se levantará". "La comunidad internacional será favorable a la negociación entre Irak y Kuwait para resolver sus contenciosos", añadió González. Sin que haya un vínculo directo con la situación en el Golfo a González le gustaría además que los Doce, y Occidente en general, "reafirmen su disposición a resolver el problema palestino" mediante la celebración de una conferencia de paz patrocinada por la ONU que Irak revindica ahora a gritos y a la que EE UU sigue siendo reacio".

Pero González tampoco quiso desmarcarse del presidente Bush, al que agradeció implícitamente la "ágil y eficaz" información que suministra a España, y sostuvo que "no es pertinente pedir a EE UU que cambie de posición porque la conferencia sea ahora una exigencia iraquí".

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