Varios expertos en diseño y construccion de veleros critican el proyecto 'España 92'
Varios expertos españoles en diseño y construcción de veleros, marginados del desafío a la Copa del América 92, consideran que el accidente que sufrió el España 92-Quinto Centenario, al desprenderse parte de la quilla cuando realizaba un entrenamiento en la bahía de Palma de Mallorca el pasado viernes, perjudica la imagen de la náutica deportiva nacional en el extranjero. Empresarios del sector critican la infraestructura del proyecto y temen que el accidente del primer prototipo construido en los Astilleros Españoles de Puerto Real (Cádiz) repercuta negativamente en su industria.
El desafío a la Copa del América de 1992, la máxima competición de la vela, es el proyecto más importante en que España se ha embarcado en este deporte. Los más de 3.000 millones que se han puesto en juego inicialmente superan con mucho el estricto carácter competitivo y supondrán únicamente una consecuencia del reto tecnológico a la industria náutica nacional, que ha venido registrando un constante crecimiento técnico y económico. Pero el reciente accidente del España 92 ha originado preocupación en distintos sectores.Empresarios y prestigiosos diseñadores españoles, marginados del ambicioso proyecto al no recibir ninguna propuesta oficial, han coincidido en calificar la rotura de la quilla del velero como algo "lamentable, desagradable y penoso" para esta industria privada.
Los técnicos consultados por EL PAÍS no dudan al afirmar que la rotura de una parte de la quilla de una embarcación de las características de la España 92 "puede ocurrir", pero matizan que "no es frecuente que suceda; es como si un coche de Fórmula 1 perdiera las cuatro tuercas de sus ruedas en la primera curva".
Javier Visiers, diseñador y máximo responsable del Fortuna, el maxi que batió el récord de millas navegadas en un día (400) durante la última Vuelta al Mundo, declaró: "Me da pena que el dinero público se invierta en una tecnología de la que no se benefician en absoluto las empresas privadas del sector, que poseen gran profesionalidad". Sobre la rotura, añadió: "En un proyecto de esta envergadura, se trata de un fallo de principiante, aunque a lo mejor los responsables demuestran que no tienen la culpa". Visiers dijo que, cuando cuesta alrededor de 150 millones de pesetas, como en el caso del España 92, una quilla tiene que ofrecer las máximas garantías: "La del Fortuna no costó ni la décima parte". Respecto a la elección de los Astilleros Españoles de Puerto Real, Visiers comentó: "Es incomprensible que se haya fabricado el velero en unos talleres especializados en la construcción de barcos de gran calado".
Toni Tió, propietario de la empresa Toni Tió Velas, de Vilassar de Dalt (Barcelona), la única velería española de alta tecnología y suministradora del material utilizado por el Fortuna y los regatistas olímpicos, criticó la falta de colaboración de la industria nacional "en un proyecto que debería ser el reflejo de todo el sector". "No entendemos cómo los empresarios y constructores españoles no hemos sido consultados y el dinero público ha acabado en manos de intermediarios, técnicos y asesores extranjeros". Tió subrayó, sin embargo, que el accidente del España 92 no hay que "dramatizarlo". "Es un proyecto de investigación y se adquieren riesgos", explicó. "El finlandés Martella y el británico Drum perdieron sus quillas en la Vuelta al Mundo y fueron también por ello muy criticados", agregó; "en las regatas, los barcos rompen mástiles y velas y no pasa nada, pero cuando es la quilla, uno de los secretos mejor guardados, se pierde imagen".
Jan Santana, patrón del Fortuna, uno de los mejores especialistas españoles en pruebas oceánicas, regresó ayer de Londres, donde visitó el Salón Náutico y asistió a la reunión de la Whitbread, la firma patrocinadora de la Vuelta al Mundo y en la que figura como único representante español en 1993. Santana manifestó: "Lo del España 92 producía comentarios sarcásticos" entre los mejores diseñadores mundiales. Santana, como industrial, criticó la organización del proyecto, aunque confesó no haberse extrañado de que no le ofrecieran participar en el evento como regatista: "Mis características no son las adecuadas para la Copa del América. Se necesita a uno olímpico, a un piloto rápido, de circuito, y no a uno de rallies como yo". Consideró la pérdida de la quilla como un fallo "hipergarrafal" y dudó de que en 15 días el barco vuelva a navegar.
Xavier Soler, diseñador de veleros, advirtió que el fracaso del España 92 puede repercutir en la imagen del sector privado, "haya colaborado o no en su construcción". "Un proyecto de este tipo siempre hay que apoyarlo porque beneficia a todos los profesionales", señaló; "lo que no se puede hacer es prescindir de los especialistas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.