El control del embargo en origen

La retirada de la licencia de exportación a varias partidas de armas españolas que estaban listas para salir hacia Irak no se debió al carácter bélico del cargamento, sino a la decisión general de interrumpir relaciones comerciales con Bagdad, en cumplimiento de la resolución 661 del Consejo de Seguridad de la ONU, según fuentes gubernamentales.Al inicio de la crisis, la Administración recibió numerosas consultas de empresas españolas que mantenían tratos con Irak para conocer el alcance del embargo. Algunas firmas farnmaceúticas preguntaron por la posibilidad de que sus productos quedaran excluidos de la prohibición de comerciar con lrak. La respuesta oficial fue que sólo se podían enviar medicinas a Bagdad a través de organizaciones internacionales, como la Cruz Roja, y siempre que dichos envíos no tuvieran carácter lucrativo.

El 10 de agosto, el Ministerio de Economía difundió una orden en la que, tras recordar que la Comunidad Europea había prohibido los intercambios comerciales con Irak y Kuwait, sometía a autorización administrativa previa "los productos alimenticios destinados a fines humanitarios en el marco de operaciones de ayuda de urgencia". Esta era la tercera orden del Ministerio de Economía en relación con el conflicto, tras las del 4 y 6 de agosto, que sometían a autorización administrativa las transacciones financieras con Kuwait e Irak.

Fuentes gubernamentales aseguran, sin embargo, que "el control del embargo en origen", es decir en territorio español, resulta muy poco fiable, pues las mercancías pueden expedirse con un destino distinto al real, por lo que la eficacia del mismo se fía al bloqueo naval impuesto por las flotas occidentales en el golfo Pérsico y el mar Rojo.

La Administración ha realizado pesquisas discretas cuando ha tenido indicios de que alguna empresa española podía estar incumpliendo el embargo, lo que ha sucedido con varias, incluida una muy conocida del sector del automóvil, sin que se hayan obtenido pruebas de ello.