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Flojo principio de aÑo

Poco volumen de negocio y bajas generalizadas en la primera sesión de 1991. El índice de arrastre que la Bolsa de Barcelona estrenó en 1990 bajó ayer de nuevo y cerró provisionalmente a 214,09, en una nueva muestra de que las cosas siguen igual que en el aburrido fin de año. El índice de Barcelona ha acumulado el mayor descenso de las cuatro bolsas españolas como consecuencia de la fuerte ponderación en él de los valores industriales, los más castigados por el hundimiento bursátil. La inversión institucional sigue ausente del parqué y de las pantallas de contratación barcelonesas. Y eso se nota cuando llegan algunos repuntes de cotizaciones de los que suele quedar descolgado el inversor barcelonés, que en otros tiempos aún tenía el recurso del arbitraje aprovechando las diferencias de precio entre las bolsas. Pasada ya la hora de los maquillajes de fin de año que practican algunas sociedades impulsando al alza la cotización, la situación sigue siendo de total atonía. Los informes especializados insisten en el bajo precio de algunas sociedades y se aventuran a decir, con todo el año por delante, que 1991 puede cambiar la mala racha. La realidad es que, aunque haya precios por los suelos, los beneficios también están en claro retroceso.

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