Anatoli Karpov ganó la penúltima partida del mundial de Ajedrez

El empeño por rematar su renovación del título de campeón mundial de ajedrez con una victoria aplastante se volvió ayer contra el soviético Gari Kaspárov, que perdió, tras un error de bulto, la 23ª partida del encuentro que disputa en Lyón (Francia) con su compatriota Anatoli Karpov, cuyo juego fue original y preciso. Si éste gana el lunes la última partida, con el marcador 12-11 en contra, se llevará el 50% de los 235 millones de pesetas en premios y cuestionará la legitimitad del título de Kaspárov. Hace tres años, el Mundial de Sevilla terminó igualado a 12 puntos.

"Bravo, bravo", gritaron varios espectadores cuando Kaspárov, con un gesto que podría equivaler a frases como "no entiendo lo que me ha pasado" estrechó la mano de su rival, firmó su abandono y salió corriendo con cara de pocos amigos. Los dos se negaron a hablar con los periodistas.Mientras, el director de la organización, Bachar Kouatly, se quedó atónito con su sempiterno puro habano en la mano izquierda, pensando en los graves inconvenientes económicos y laborales que le va a causar la duración del encuentro, que comenzó el 7 de octubre en Nueva York.

Kaspárov, temperamentalmente incapaz de jugar para tablas, no rehuyó una complicada variante de la defensa india de rey, con las piezas negras. La partida entró entonces en vericuetos inaccesibles para el aficionado de a pie. Ni siquiera los expertos lograban sintonizar con lo que se emitía desde el escenario.

Poco antes de que Kaspárov engrosara la lista de sus errores históricos, su amigo Lev Alburt, gran maestro estadounidense, se mostraba optimista: "Las negras están bien". Su compatriota y colega Ron Henley, analista de Kárpov, daba más cerca de la diana: "Si Tolia supera las complicaciones tendrá una buena posición".

Lo que hizo ayer Kárpov merece ovación y vuelta al ruedo. Con la moral maltrecha por la imposibilidad de recuperar el título que mantuvo durante diez años, hasta 1.985, y obligado a jugar agresivamente, en contra de su estilo, el ex campeón mostró, casi sin pensar, conceptos geniales de alta estrategia que aceleraron los corazones de cuantos presenciaban el duelo.

Fiel a su carácter, Kaspárov recogió el guante y se tiró de cabeza a las complicaciones calculando mal la profundidad. El meollo del asunto está ahora en saber si el chichón será sólo externo o afectará al funcionamiento de su cerebro mañana, con las piezas blancas, en una partida que, inesperadamente, estará presidida por la emoción y el interés.

Posición final

Desarrollo de la partida:

Blancas: Kárpov.

Negras: Kaspárov.

1. d4, Cf6/ 2. c4, g6/ 3. Cc3, Ag7/ 4. e4, d6/ 5. f3 0-0/ 6. Ae3, e5/ 7. d5, Ch5/ 8. Dd2, Dh4j./ 9. g3, De7 (si 9 ... Cxg3/ 10. Df2) 10. 0-0-0, f5 / 11. exf5, gxf5 / 12. Ch3 (La partida Vizmanavin - Akopián, Luov [URSS], 1990, continuó 12. Ad3, a5/ 13. Cge2, Ca6/ 14.f4; la lucha gira a partir de este momento en torno al control de e4) 13. Tg1, Cf6/ 14. Cf2, Rh8/ 15. Ae2, Ad7/ 16. Ag5, Cc5/ 17. g4, e4 (ahora es difícil saber quién tiene ventaja) 18. fxe4, fxe4/ 19. Ae3 (esta jugada implica la previsión de la 21, una concepción genial que otorga el sello de originalidad a la partida) 19... Ca4/ 20. g5, Cxc3/ 21. bxc3, Cg8 / 22. Cg4, c5 / 23. dxc6 (al paso) 23... Axc6/ 24. h4, d5 (probablemente, Kaspárov no vió la jugada 27 de su rival cuando hizo esta, que es uno de los mayores errores de su carrera) 25. cxd5, Axd5 / 26. Dxd5, Tac8 / 27. Dd6, Txc3j./ 28. RbI, Df7/ 29. Ad4 y Kaspárov abandonó.