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Un médico y su novia mueren intoxicados por gas en una vivienda de Alcalá de Henares

Paloma Peñalva Pastor, auxiliar administrativa, de 30 años, y Jesús Prades Fernández, médico, de 29, novios desde hace 12 años, fueron encontrados muertos por sus familiares el pasado domingo a las 10.30 en el piso 9º B del número 39 de la avenida de la Virgen del Val, de Alcalá de Henares. Ambos habían alquilado el inmueble hace un mes y estaban arreglándolo para habitarlo cuando contrajeran matrimonio. Según las primeras hipótesis, las víctimas perecieron intoxicadas por gas o por monóxido de carbono.

La familia de las víctimas se inquietó el domingo por la mañana al descubrir que la pareja no había pernoctado en ninguno de sus domicilios ni contestaban al teléfono en el piso que tenían alquilado.Cuando la madre del fallecido se acercó a la vivienda de los novios e intentó abrir la puerta con un duplicado de la llave se encontró que permanecía cerrada por dentro. Inmediatamente avisó a unos familiares de Paloma, que se personaron en el piso y forzaron la puerta, encontrando a la pareja tirada en el suelo y, sin vida.

Tras la fuerte impresión, según relatan, comenzaron a observar las posibles causas de los fallecimientos, notando que "hacía mucho calor, que había una mancha negra encima del calentador en una terracita adosada a la cocina, la puerta del baño cerrada y un grifo de agua abierto".

Cristina Peñalva, hermana de Paloma, que permanecía en el exterior del bloque, al oír los gritos entró en la vivienda y apagó el calentador y la caldera, que "estaban funcionando plenamente". Sin embargo, ella no advirtió ningún olor extraño, aunque supone que eso se debe a que los familiares que entraron antes abrieron las ventanas para que entrara el aire.

Mezcla de olores

Ninguno de los que accedieron al piso en primer lugar notó olor a gas, sino "una mezcla de olores rara", aunque sí observaron un gran charco de agua en la terraza de la cocina, donde se encuentran las calderas de gas propano.Jesús Prades y Paloma Peñalva acababan de pintar las paredes, techos y radiadores de la vivienda y era la primera vez, desde que habían alquilado el piso, que encendían la calefacción, según la versión de los familiares. Éstos cuentan la "extraña actitud" de una persona, familiar del propietario del piso, que accedió a la cocina de la vivienda, pese a que el juez lo había prohibido, y "salió con un objeto que no entregó a nadie", según declaró una hermana de la fallecida.

En el informe realizado por el Cuerpo Nacional de Policía se afirma que en el suelo de la vivienda se encontraron vómitos de una de las víctimas, aspecto confirmado también por los familiares de Paloma, que aseguraron que parecía como si se hubiese caído de espaldas y "tenía ronchas moradas en las palmas de las manos". Jesús, por su parte, tenía la cazadora puesta y se encontraba en una posición como si hubiese querido ayudar a su novia.

Bandeja de pescado

Otro aspecto que llamó la atención a los familiares que descubrieron los cadáveres fue una bandeja de pescado que se encontraba "a medio comer" en el salón.El marido de Asunción Herguedas, vecino del piso 7º A del inmueble de la calle de la Virgen del Val, fue, junto con su hijo, de los primeros en entrar en la vivienda y han confirmado lo relatado por la familia.Asunción informó que cada piso tiene su calefacción individual de gas propano y que ella y su marido sufrieron un accidente similar hace tres años, cuando tuvo que ser ingresada en un centro hospitalario, donde la diagnosticaron "falta de oxígeno en la sangre".

Según su relato, la llama de su caldera, de las mismas características de la de la vivienda de los fallecidos, se apagó. Transcurrido un tiempo sé notó cansada, muy relajada, y comenzó a sentir mareos y vómitos. Su marido, que también comenzó a sentirse mal, abrió las ventanas y avisó al médico de urgencia, a la vez que comprobó que el fuerte aire introducía el gas en el interior del piso a través de una ventana que comunica con el baño. Tras los fallecimientos, un técnico de Repsol Butano se personó en la vivienda a requerimiento del juez y elaboró un informe que, según la policía, ha sido remitido directamente al Juzgado número 2 de Alcalá de Henares.

Los fallecidos, "personas serias y demasiado responsables", según quienes los conocían, preparaban su boda, que tenían previsto celebrar cuando terminasen de arreglar el piso. Paloma Peñalva "tenía pavor a la muerte y estaba obsesionada con las fugas de gas".

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