Eugenia Victoria Elena

La princesa Eugenia Victoria Elena, segunda hija de los duques de York, hizo el domingo a los nueve meses y entre llantos, su segunda comparecencia pública al ser bautizada en la parroquia de Sandrigham, aledaña al palacio en que la familia real inglesa se reúne tradicionalmente en Navidad.

Los duques de York, Fergie y Andrés, pasan por ser los más plebeyos entre los hijos de la reina Isabel y han sido los primeros en bautizar a un vástago real en una ceremonia no privada. Eugenia recibió las aguas bautismales en el curso de un servicio de villancicos en el que su poderoso gua gua fue recibido con más interés y sonrisas que las canciones del coro. Toda la familia asistió a la ceremonia -desde la feliz abuela a la hermana de Eugenia, Beatriz, de 28 meses- junto a un millar largo de fieles.

Los llantos proferidos por Eugenla al recibir el bautismo de manos del obispo de Norwich fueron transmitidos a la nación por los micrófonos y cámaras de televisión apostados fuera de la iglesia, hasta los que llegaron mediante altavoces.

Los reporteros ya fueron unánimes a la hora de pronunciar el nombre de Eugenia, que en su día sorprendió a los británicos: nadie sabía hace nueve meses cómo se pronunciaba exactamente en inglés y desde luego nadie fue capaz de prever que Sara y Andrés fueran a llamar de forma tan exótica a su nueva hija. Los seguidores de los avatares de la realeza inmediatamente recordaron que ya existía el precedente de Victoria Eugenia, la nieta de la reina Victoria que casara con el rey Alfonso XIII de España, y fueron quienes impartieron las primeras lecciones de pronunciación.

Eugenia lleva una vida más discreta que la de su hermana, a la que se parece como una gota de agua a otra. La pobre Beatriz alcanzó renombre mundial cuando tenía dos meses y Fergie la dejó en manos de una niñera durante semanas mientras visitaba a su marido en Australia.