Polvorines sin control
En la capital madrileña y en los pueblos de alrededor hay decenas de polvorines sin control, según reconocen diversas autoridades. Son los depósitos clandestinos de los miles de kilos de mixtos de cazoleta, garibaldis y petardos cuyas explosiones retumban en las calles durante estas fechas navideñas.El artículo 568 del Código Penal establecía: "Serán castigados con las penas de uno a cinco días de arresto menor y multa de 750 a 15.000 pesetas los que, dentro de población o en sitio público o frecuentado, dispararen armas de fuego o lanzaren cohetes, petardos, u otro proyectil cualquiera que produzca alarma o peligro". Pero este precepto se derogó el año pasado.
Un cabo de la Policía Municipal se quejaba ayer, en el lugar de la explosión, de que él y sus compañeros son mal vistos cuando requisan petardos: "La gente cree que esto no es importante y que lo que tenemos que hacer es combatir a los traficantes de droga. Y ya ve..."