Nueve miembros de una familia, heridos en la explosión de un quiosco de cohetes
Nueve personas, entre ellas dos niñas de corta edad, resultaron heridas en una explosión ocurrida al filo de la medianoche de ayer en un quiosco de venta de cohetes de feria, instalado en el cruce de las calles de Alcalá y Hermanos García Noblejas, en Madrid. Estefanía Castillo Ruiz, de tres meses de edad, se hallaba ayer tarde en estado crítico, ya que presenta quemaduras en el 50% del cuerpo y sufre fallos en sus funciones renales y cardiacas. Su hermana Desiré, de dos años, está hospitalizada en estado muy grave.
Minutos antes de las doce de la noche del pasado lunes, los vecinos de la confluencia de las calles de Alcalá y Hermanos García Noblejas escucharon una fortísima detonación. A pesar de lo desmesurado del estruendo, la mayoría pensó que se debía a la explosión de un petardo de feria, "de esos que cada día hacen más gordos", según un vecino. Pero el estampido había sido causado por la explosión de una cantidad indeterminada de cohetes de feria, almacenados en un puesto de venta ambulante propiedad de Silverio Castillo Bermejo, de 60 años.Según diversos testigos, el origen de la explosión pudo ser un cohete encendido, arrojado fortuitamente por un grupo de jóvenes, que fue a caer a la caja donde estaban guardados los demás petardos, informa Lila Pérez Gil. Las mismas personas aseguran que estos jóvenes se dedicaron a tirar cohetes al paso de los coches que circulaban por la calle de Alcalá.
Un portavoz del cuerpo de bomberos informó a la agencia Efe que, aunque se desconocen las causas del siniestro, "es probable que éste se iniciara por la estufa de butano que tenían encendida en el puesto, o incluso por una colilla mal apagada".
El accidente originó la voladura de una caravana aparcada junto al quiosco, que era utilizada por el dueño y sus familiares para pernoctar. La deflagración envolvió en llamas un automóvil Peugeot 309, matrícula M-9810-IK, en cuyo interior estaban algunas de las víctimas. Un camión y los débiles tenderetes de otros feriantes también resultaron dañados.
Además del dueño del quiosco, también sufrieron heridas su esposa, Dionisia Criado de las Heras, y María del Carmen Cebadura Puebla, Jesús Barranco Criado, Carlos Castillo Criado, Silverio Castillo Criado, Olga Ruiz Martínez y las hijas de estos dos últimos (Desiré y Estefanía).
La menor de las niñas sufrió quemaduras de tercer y cuarto grados en en la mitad de su cuerpo, necesitando respiración asistida por tener muy afectadas sus funciones renales y cardiacas, según fuentes de la unidad de cuidados intensivos del hospital La Paz, donde ayer se hallaba internada. Su hermana Desiré presenta lesiones de carácter muy grave, según fuentes del hospital Gregorio Marañón.
Antiguos chabolistas
La familia Castillo vive en el número 75 de la avenida de Guadalajara, donde fue realojada tras ser derribada hace 16 años su chabola de Canillejas, Silverio Castillo, el patriarca, se casó con la viuda Dionisia Criado, antigua cocinera del famoso mesón de Cándido, en Segovia, la cual aportó al matrimonio dos hijos (José Luis y Jesús) y después tuvo con Silverio otros tres (Miguel Angel, Silverio y Carlos).Un pariente de los Castillo comentó que éstos, como hacen tradicionalmente por estas fechas, solían pernoctar en una caravana plantada junto al tenderete "para vigilar e impedir que alguien robase". Otros allegados explicaron que Silverín Castillo, de 22 años, había acudido hasta el quiosco con su esposa, Olga Ruiz, y sus dos niñas "para felicitar las pascuas a los abuelos".
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