Yo soy negra,
pero he tenido la suerte de ser guineana y que mi país fue colonizado por españoles. En Guinea no hubo excesivo pan, pero nunca hubo palos. En otros países del África negra hubo pan y palos con la colonización francesa y poco pan y mucho palo con los ingleses.Yo soy negra, repito. Soy católica, tengo titulación universitaria y trabajo en una profesión liberal donde soy considerada.
Pero otros negros, como yo, han venido a España huyendo del hambre, la marginación social, religiosa, etcétera. En España han buscado su refugio y encuentran un parque que, bajo las estrellas, los acoge, un frío que les arropa y unas autoridades a las que les somos incómodos los negros en una CE que ha nombrado a España portera de la Comunidad.
Recientemente, un refugiado africano ha muerto por falta de asistencia humanitaria en Madrid; no hubo para él ni pan ni sal ni asiento en la lumbre. Su muerte ha resultado incómoda a las autoridades de Asuntos Sociales, y la Cruz Roja, presta, le ha dado sepultura a escondidas.
Los españoles siempre vieron a los negros en forma de hucha de porcelana donde depositaron su donativo para misiones; ahora que estamos en vivo en España nadie quiere hacerse cargo de ellos. Que se encarguen los franceses, que para eso los colonizaron, dicen unos. Mientras, el frío del invierno de Madrid se encarga de ellos.-