Ministros del Gobierno israelí reclaman la instauración de la pena de muerte
El Gobierno debatió ayer la instauración de la pena de muerte, mientras tres activistas palestinos resultaban muertos, y tres soldados israelíes, heridos, en un combate cerca de la frontera entre Líbano e Israel. Los servicios de seguridad informaron que un comando de unos 10 palestinos se enfrentó, al intentar infiltrarse en Israel, con una patrulla de 30 soldados apoyados por un blindado en la zona de seguridad israelí, a dos kilómetros de la frontera.
El Gobierno, en su reunión de ayer, debatió el problema del terrorismo y cómo detenerlo. Varios ministros -el de Defensa, Moshe Arens, en primer lugar- propusieron instaurar la pena de muerte para crímenes "particularmente crueles", como el triple asesinato de Jaffa. Otros miembros del Gabinete, en cambio, no creen en la fuerza disuasoria de la pena capital. Temen que cada palestino ejecutado por asesinato sea glorificado como mártir e inspire a otros a seguir su ejemplo.Un ministro pidió la expulsión inmediata de "miles de líderes conocidos de la Intifada"; otro, reclamó el "cierre permanente" de los territorios ocupados y la prohibición de trabajar a los casi 100.000 obreros palestinos que lo hacen en Israel. El primer ministro, Isaac Shamir, exhortó a sus colegas a reflexionar sobre todos los aspectos de la cuestión, incluidas "las implicaciones internacionales" de las medidas a adoptar.
Las fuerzas de seguridad israelíes prohibieron ayer el acceso a Jerusalén a los palestinos residentes Gaza y Cisjordania, después de que integristas judíos anunciasen su intención de manifestarse hoy en la explanada de las mezquitas Al Aqsa y Omar, donde el judaísmo ultraortodoxo quiere levantar la primera piedra de su tercer templo sagrado y donde el 8 de octubre 18 palestinos murieron por disparos del Ejército. La policía tampoco permitirá que los llamados "fieles del templo" se manifiesten en ese recinto.
El Gobierno israelí ratificó la expulsión de cuatro dirigentes del movimiento integrista islámico Hamás, que se atribuyó la responsabilidad del asesinato de tres israelíes, perpetrado el pasado viernes en Tel Aviv por dos palestinos de Gaza. Esta medida ha sido criticada por Estados Unidos por considerarla como violatoria de la cuarta Convención de Ginebra. Asimismo, más de 700 militantes de Hamás fueron detenidos en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, mientras la policía seguía la búsqueda de los dos supuestos asesinos.
Fuentes palestinas indicaron que el número de detenidos asciende, al menos, hasta 1.500. El asesinato, cometido en el barrio de Jaffa, al sur de Tel Aviv, se produjo en el aniversario de la fundación de Hamás. El comunicado del grupo integrista decía: "Es nuestro regalo de aniversario al pueblo palestino".
La Intifada, en su manifestación más mortífera, ha pasado de los territorios ocupados a Israel mismo, donde se siente desorientación, furia y pánico.
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