Borrell aconsejó a altos funcionarios que fueran 'diplomáticos' con el catastro

El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, advirtió hace año y medio a los máximos responsables del Centro de Gestión Catastral para que supieran defenderse con habilidad ante el posible conflicto que desencadenaría la revisión catastral comparando el hipotético alcance impopular de dicha medida con la aplicación del IVA en España.Borrell recomendó en una reunión de trabajo restringida, celebrada en Junio de 1989 en Viella (Lérida), un "curso de diplomacia" a los gerentes territoriales, subdirectores y al director del centro, para sortear las críticas que generaría dicha iniciativa que no dudó en calificar como amenaza tributarla".

El responsable de Hacienda empleó metafóricamente un lenguaje castrense para instruir de forma didáctica a los directivos del Centro de Gestión Catastral, contra las críticas sobre la revisión de los valores inmuebles que ha sido congelada por el Gobierno.

El contenido de su intervención en las jornadas de trabajo sobre gerencia territorial aparece publicado en un librito del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributarla, editado por la Subdirección General de Estudios y Estadística. Borrell calificó como "batalla" la tarea de mentalización que se avecinaba con los municipios para convencer a éstos de que "elevar el catastro" es un "bien público de dimensión nacional".

Policía militar

El secretario de Estado intuía ya que los alcaldes reaccionarían contra la revisión catastral "después de haber peleado durante mucho tiempo para que los valores catastrales fuesen fiel reflejo del valor de mercado". José Borrell facilitó en aquella ocasión una receta para contrarrestar la ofensiva popular y de los munícipos: "Tiene que haber alguien en la retaguardia que empuje las tropas, porque si no es así, se produce la desbandada frente al enemigo, siempre que no está la policía militar para impedirlo; ése es el papel que nos toca desempeñar al ministro Solchaga, a mí y a los responsables de la Administración tributarla del Estado"."Si hemos hecho una ley es para aplicarla; habrá que modular políticamente el cuánto y el cómo; pero, de momento, las previsiones legales son las que todos conocemos y nuestra responsabilidad es tener preparada toda la intendencia para que se pueda aplicar en tiempo y forma", añadió.

Borrell no era ajeno a las repercusiones políticas negativas que podría acarrear la medida ante la proximidad de elecciones. "Es el objetivo del Gobierno, pero tampoco hay que cerrar los ojos a la realidad: hay elecciones generales el próximo año [los comicios fueron adelantados a octubre de 19891 y elecciones municipales el siguiente [se refería a 1990]. La ciudadanía tiene muy asimilada la relación entre valor catastral y tributación y todavía no hemos sido capaces de romper esta relación directa entre valor catastral e impuestos".

El secretario de Estado de Hacienda señaló en la misma reunión que no valen excusas dilatorias como esa de "hombre, pues un poco más tarde; total, son siete años, qué más da uno más. Es un mandato que el ministro me encarga que transmita y sobre el que no hay vuelta atrás. La segunda revisión es un tema más complicado políticamente, quizás más necesario incluso que la primera revisión".

"Creo que teneis un himno más o menos diseñado; habrá que diseñar una ley que acompañe a tan importante elemento de imagen, porque muchas de las cosas que tenemos que hacer las tendremos que hacer a nivel legal, lo que nos planteará también problemas de relación con otros registros públicos, con otros ministerios, con otros ámbitos de la Administración", puso de manifiesto el secretario de Estado.