El Ministerio de Justicia francés protege a Tapie, según varios jueces
La puesta en libertad hace una semana de dos dirigentes del Olímpico de Marsella, tras ser interrogados por la policía sobre presuntas irregularidades en los traspasos de futbolistas procedentes del Toulon, ha puesto en ebullición a los magistrados de Marsella, según indica el semanario Le Canard Enchainé en su edición del miércoles.
Los jueces consideran que las declaraciones hechas a la policía por Jean-Pierre Bernes y Alain Laroche, director general y director financiero del Marsella respectivamente, bastaban para la apertura inmediata de una investigación judicial sobre las prácticas financieras del club, de la cual se habría librado gracias a los vínculos de su presidente, Bernard Tapie, con el Gobierno socialista.
Según Le Canard Enchainé, las declaraciones de los dos dirigentes fueron enviadas al Ministerio de Justicia y al del Interior. Sin embargo, la decisión de no abrir expediente al club fue transmitida al club por la Administración. Un representante del ministerio aseguró al semanario que una información Judicial iba a ser abierta con carácter prácticamente inminente.
Las prácticas puestas de relieve, según Le Canard Enchainé, conciernen en particular a préstamos consentidos a ciertos jugadores del club y que en 1988 llegaron a un total de 162 millones de pesetas. Si bien éstos los reembolsaron teóricamente, el club les había concedido primas de fin de contrato por una cantidad equivalente, lo que se asemeja a una evasión fiscal.
Préstamos
Por ejemplo, el alemán Karl Heinz Foster recibió a su llegada al club un préstamo de 153 millones que devolvió poco a poco durante su estancia en Marsella, pero obtuvo a su partida la suma de 153 millones. Igualmente ocurrió con Alain Giresse, quien consiguió un préstamo de 18 millones y, una prima de 36 millones o con Philip Vercruyse. 78 millones de préstamo, 78 millones de prima.Según las declaraciones de Bernes, el Marsella también pagó indirectamente sumas importantes a jugadores corno Manuel Amorós o Chris Waddle en el momento de su fichaje a través de sociedades ubicadas en el extranjero. El club también habría pagado unos 80 millones a una agencia de viajes portuguesa denominada Mercury para facilitar el traspaso del brasileño Carlos Moser del Benfica. La misma firma habría recibido 1.400.000 pesetas en las mismas fechas del partido de ida de la semifinal de la Copa de Europa de 1990 por "dar informaciones sobre los rivales".
Tapie afirmó que en los préstamos a los jugadores "existen dos interpretaciones. Si la nuestra prevalece, no habrá problema. Si no, tendremos que pagar".
En cuanto a las sumas pagadas a firmas extranjeras, Tapie considera que "algunas cifras son correctas", pero que la interpretación no es válida.
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