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Izquierda Unida crea una estructura para funcionar y pospone el debate sobre la disolución de partidos

Anabel Díez

La II Asamblea Federal de Izquierda Unida (IU), clausurada ayer por el reelegido coordinador general, Julio Anguita, ha zanjado formalmente las distintas formulaciones sobre sus relaciones con el PSOE con la consagración teórica de un proyecto autónomo dispuesto a llegar a acuerdos con el partido del Gobierno en el terreno de las propuestas concretas y al declarar que el principal adversario de IU es la derecha. También se da por terminada la controversia sobre si se disuelven los partidos que integran la coalición, debate que no se afrontará al menos en los dos próximos años.

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Julio Anguita, en la clausura de esta II asamblea que ha reunido durante el fin de semana en Madrid a 1.200 delegados, pedía con vehemencia que se dejara de hablar de asuntos organizativos, que se abandonara el discurso "interiorizado" y que los presentes dejaran de preguntarse quiénes son, de dónde vienen y a dónde van. Petición poco realista hasta ayer, toda vez que la asamblea celebrada poco tenía que ver con un congreso al uso de cualquier formación política, que discuten y aprueban propuestas para la sociedad.Todos eran conscientes de que el motivo que allí les había reunido tenía que ver con la necesidad perentoria de poner fin a interminables disquisiciones sobre cómo se organiza Izquierda Unida y debido al cariz excesivamente autónomo que estaban empezando a tomar las organizaciones de IU en algunas comunidades autónomas, así como a los discursos distintos, cuando no contradictorios, que emitían los distintos sectores que componen este "movimiento político y social", antes coalición electoral formado por el PCE, Pasoc, independientes organizados y no organizados e Izquierda Republicana.

El veterano militante del PCE, Marcelino Camacho, pidió la palabra para remachar algo que no se había expresado en las ponencias pero que había sido objeto de controversia. "Había una hipoteca creada por los que creían que había llegado el momento de disolver los partidos y los contrarios a esa idea. Hemos superado esa situación y ya Izquierda Unida se pone en marcha". No obstante, todos los que han preconizado esta extinción de los partidos lo siguen pensando y también los más conserva dores están convencidos de que a medio plazo será el debate fundamental de IU.

El marco organizativo aprobado no ha satisfecho absolutamente a todos, pero se ha apreciado un cierto alivio por haber puesto "algo de orden al caos", como decía un dirigente del PCE después de haber escuchado el discurso de los independientes organizados y de los miembros de su partido en Andalucía y Madrid, sobre los que había precaución por el tenor de sus posibles propuestas.

En el caso de los andaluces porque han defendido sin éxito un texto político que abogaba por una normalización con el PSOE, y en el de los madrileños, porque sus diferencias acerca del criterio de representación de la presidencia les hicieron albergar la posibilidad de presentar una lista alternativa. Nada de eso ocurrió y la Asamblea se desarrolló con normalidad a los ojos de los miembros de la actual presidencia.

El hilo rojo

Anguita, una vez aprobada la lista de los 22 miembros de la presidencia por 633 votos a favor, 58 en contra, 56 abstenciones y 24 nulos, marcó con contundencia la línea a seguir. "Se acabaron las dudas, a partir de ahora sólo puede haber un discurso, una partitura igual para todos". "Somos parte de la izquierda transformadora y revolucionaria que asume las nuevas culturas del ecologismo, el pacifismo y el feminismo, tenemos como bandera la defensa de los derechos humanos y nos proponemos contribuir a la formación de una nueva izquierda en Europa". En su definición de IU dejó patente que aunque asume las nuevas culturas progresistas "queda fijada la continuidad del hilo rojo".

Obligada fue su mención al PSOE aunque sin mencionar esas siglas. "No somos anti nada ni anti nadie y nos enfrentamos al partido gobernante en la medida que tenemos un proyecto propio. El principal adversario es la derecha y en razón de sus programas y cuando éstos van siendo asumidos por otra fuerza que toma el tono rosa, entonces viene el enfrentamiento".

Después vino la arenga con tintes anarquizantes: "Éste es un colectivo, creedlo, asumldlo; el éxito de esta asamblea será verdad si trabajáis desde La Coruña a Almería, en las fábricas, en los barrios, para conseguir esa sociedad que no necesite gobiernos ni tutelas, para conseguir, algún día, que el espíritu de Don Quijote impregne los Presupuestos Generales del Estado."

Al final, foto de familia de los 21 miembros que componen la presidencia:

PCE. Julio Anguita, Juan Berga, Francisco Palero, Angeles Maestro, Nicolás Sartorius, Francisco Frutos, Salvador Jové, Julia Hidalgo, Teresa Domingo e Isabel Vilallonga.

Pasoc. Alonso Puerta, Pablo Castellano, Franco González, Francisco Bustelo y María Eugenia Alonso.

Independientes.- Cristina Almeida, Diego López Garrido, Teresa Morales y Javier Gutierrez.

Izquierda Republicana.- Isabelo Herreros y Carmela Díaz Sierra.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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