Marcha atrás
Rectificar es de sabios. Esto no quiere decir que Antonio Díaz Miguel haya ingresado en la lista de ilustrados, pero sí que con un par de años de retraso no le ha quedado más remedio que echar marcha atrás y escoger la vía de selección más razonable. Al equipo español han de ir los mejores. Esto, que parece una perogrullada, no se ha cumplido desde que al seleccionador español comenzó a considerar dos aspectos extradeportivos a la hora de confeccionar sus listas. Mirar el carné de identidad y considerar como aspecto definitivo la hipotética conflictividad de algunos jugadores.La proximidad de la cita olímpica y los contínuos batacazos recibidos han logrado lo que el sentido común apuntaba hace tiempo. Está en juego la clasificación para el Europeo, y Díaz Miguel se ha olvidado de todo lo que dijo e hizo cuando, por ejemplo, apartó a José Luis Llorente o Ignacio Solozábal y descartó a Cargol para el mundial de Argentina por razones todavía indescifrables. Por primera vez en varios años, no hay lesionados, ni represaliados, si consideramos la ausencia de José Antonio Montero como puramente deportiva. Están todos los que son, y son todos los que están. Ya no quedan excusas posibles.
Pero esto no es un seguro de vida ante el partido frente a Alemania. Si el cambio de rumbo dado por Antonio Díaz Miguel no tiene prolongación en su forma de dirigir y utilizar al magnífico plantel con el que cuenta, las cosas no variarán mucho de lo mostrado en las últimas y frustrantes apariciones.
