Aznar afirma que promoverá en España los valores de la democracia cristiana
El presidente del Partido Popular, José María Aznar, indicó ayer en Dublín que su organización "promoverá en el interior del sistema político y de la sociedad española tanto las ideas como los principios y los valores" de la democracia cristiana. En su puesta de largo ante la familia democristiana, Aznar, de la mano de la Unión Cristiana Democrática (CDU) del canciller alemán Helmut Kohl, hizo un esfuerzo por asumir valores propios de esta ideología; por ejemplo, la subsidiariedad.
Los otros dos socios españoles de la democracia cristiana europea, el Partido Nacionalista Vasco y Unió Democrática de Catalunya, reaccionaron de modo diferente ante la presencia del que ya es, aunque sólo sea en estos momentos como observador, su nuevo socio en Europa. Mientras los vascos respondían con claras muestras de desagrado a su nuevo compañero, los catalanes le daban la bienvenida, conscientes de que el futuro, guste o no, les conduce inexorablemente a una colaboración.Aznar, arropado por la plana mayor de su partido hizo en su intervención en la clausura del octavo congreso del Partido Popular Europeo (PPE) -que agrupa a los partidos democristianos de la Comunidad Europea- un acto de fe centrista y señaló que su presencia en Dublín no tenía otro objetivo que "expresar de nuevo que el Partido Popular español se ha marcado, entre sus principales objetivos, la profundización de sus relaciones con los partidos de la Comunidad Europea agrupados en torno al PPE". Ofreció a los democristianos europeos sus "privilegiadas relaciones y sensibilidades" en las políticas comunes dirigidas hacia dos áreas geográficas: Iberoamérica y el Mediterráneo.
En un encuentro con los periodistas, Aznar replicó a las críticas del PNV señalando que su partido es ya "el socio español de los grandes partidos europeos; y si a alguien le molesta esto, se va a tener que aguantar". Las ausencias de tres primeros ministros, el alemán Kohl, el italiano Andreotti y el griego Mitsotakis, limitaron los contactos internacionales de Aznar en Dublín, reducidos a un encuentro con el primer ministro belga, Wilfred Martens, y tina cena con el italiano Arnaldo Forlani, secretario político de la democracia cristiana italiana.
Arzalluz, en alemán
Tanto Arzallus como Duran Lleida reclamaron en sus intervenciones una reafirmación de la ideología democristiana dentro del Partido Popular Europeo. Arzallus fue más lejos cuando indicó que "los democristianos no son partidos de centro".Un comportamiento diferente tuvo el catalán Duran Lleida, que intervino en castellano; entró en la sala cuando habló Aznar para sentarse en la presidencia e incluso algún miembro de la delegación de su partido felicitó a Aznar al término de su intervención.
Duran Lleida señaló que el proyecto europeo democristiano de finales del siglo XX no debe consistir en hacer lo más grande posible un bloque de centroderecha alternativo a la izquierda, y subrayó que el deseo por ser la primera formación política no debe hacer olvidar la ideología. "En los últimos años", señaló, "la democracia cristiana ha ido soltando el lastre de su identidad, hasta el extremo de que cuando se hace hoy en día un análisis de la realidad de la ideología democristiana o bien se considera muerta o, en el mejor de los casos, diluida en el contenido del liberal-capitalismo". Aprovechó para distanciarse del partido de Aznar cuando le recriminó, sin citarlos, el apoyo de esta formación a políticos como Reagan o Margaret Thatcher. "Es que una opción filosófica como la nuestra puede, por ejemplo, compartir 10 años de un programa político conservador aplicado a Estados Unidos o al Reino Unido, inspirado en ideas conservadoras o liberales, que han dejado, cuando la ha habido, la solidaridad en un segundo o tercer plano y se contestó: "No somos una opción conservadora como no somos socialistas ni liberales. Somos democristianos sin más. No necesitamos matizarlo, sino todo lo contaro: que reforzarlo".
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