Contra el bocadillo

Soy responsable en muchos momentos de un centro productivo en el que las prisas agobian en algunas circunstancias. Al tener que acudir a distintas personas o grupos laborales para determinado trabajo, me encuentro, como tantos otros con puestos similares de producción o fabricación, que el bocadillo es una causa de retrasos en la ejecución de los trabajos.Alguien pensará que si soy responsable la culpa es mía. Y puede que tenga razón, pero me encuentro con el mismo problema cuando acudo a un banco a cobrar un cheque o cuando voy a una ventanilla a solicitar un documento o a preguntar una duda.

Creo que la Seguridad Social se debería de ocupar de este problema de nutrición en este país. Tanto pan a horas de trabajo embota el pensamiento y la agilidad del cuerpo. Por eso pienso que la gente en sus casas debe comer muy poco, pues tiene que llegar algo hastiada, ya que esto no ocurre sólo a las nueve de la mañana, hora muy lógica de tomar un refrigerio, sino que ocurre hasta las horas del aperitivo, y esto es malo para la obesidad.

En fin, algo tendrán que hacer los sindicatos para evitar que los trabajadores caigan en ese gran problema de excesiva nutrición y luego, al reivindicar un aumento de sueldo, provoquen la risa del personal cuando salgan en la foto-