Egipto pone reparos a Baker a una intervención inmediata

El secretario de Estado norteamericano, James Baker, encontró reticencias en El Cairo sobre una intervención inmediata contra Irak. Esto al menos es lo que se piensa después de que fuera anulada la anunciada conferencia de prensa del diplomático norteamericano, que ayer llegó a Moscú procedente de Turquía.

Periodistas y expertos egipcios han incidido tanto en la anulación de la conferencia de prensa Baker en El Cairo como en el comunicado final de su encuentro con el presidente Hosni Mubarak para interpretar que el secretario de Estado no ha conseguido un apoyo incondicional de Egipto para la inmediata intervención militar, pese a que es El Cairo el adalid de la lucha contra Sadam Husein en el seno del mundo árabe.Un especialista en cuestiones del Golfo afirmó que Baker no ha podido responder a la pregunta de los árabes moderados acerca del alcance del ataque y la duración de la presencia militar norteamericana en el Golfo. Bien es cierto que algún otro periodista piensa que este silencio puede obedecer a todo lo contrario, algo así como la concesión por parte egipcia a Estados Unidos de una patente de corso para actuar contra Irak.

Diplomacia china

Durante la estancia de Baker en la capital egipcia, el diplomático norteamericano intercambió puntos de vista con su homólogo chino, Quian Quichen, quien tiene previsto viajar a Bagdad en las próximas horas. El propio Baker se encargó de desmentir informaciones según las cuáles encargó al ministro chino que transmitiera un ultimátum a Sadam. Por su parte, Quichen aseguró que China entiende que las vías del diálogo no se han agotado en la crisis del Golfo, pero simultáneamente agregó que Pekín no vetaría una eventual resolución de la ONU que autorice el uso de la fuerza contra el régimen iraquí.El secretario de Estado norteamericano llegó ayer a Ankara para explicar a las autoridades turcas -al presidente Turgut Ozal y a su ministro de Exteriores, Ahmet Kurtcebe- las alternativas militares que baraja Washington en su conflicto con Irak y la implicación turca en caso del desencadenamiento de la guerra. En un diálogo con periodistas, Baker afirmó: "Todos deseamos una solución pacífica, pero el presidente Bush no descarta la opción militar".

Además de las misiones diplomáticas de norteamericanos y chinos por la región, el frente árabe anti-Sadam no permanece inactivo. Mañana y el sábado se reunirán en Damasco los ministros de Asuntos Exteriores de Egipto, Siria y Arabia Saudí para tratar del estado actual de la situación y evaluar la gira de Baker. Siria también cuenta con información de primera mano para la reunión, puesto que ayer, de forma inesperada, el asesor de Baker para asuntos de Oriente Próximo, John Kelly, abandonó a su jefe en El Cairo y tomó el camino de Damasco.

Los síntomas de alerta llegan también desde el lado soviético. Ayer, el embajador de la URSS en El Cairo aseguró que Yevgueni Primakov, enviado especial de Mijaíl Gorbachov a la zona, consiguió que Sadam Husein entendiera que la situación era muy grave.