Profesores británicos tachan de 'corruptor' un nuevo manual de educación sexual

Un nuevo manual de educación sexual para niños de enseñanza primaria en las escuelas británicas ha sido tachado de corruptor por una asociación de profesores, que considera que los niños no están preparados para recibir determinadas informaciones.Los autores de Knowing me, knowing you (Conociéndome a mí, conociéndote a ti) defienden su texto con la alegación de que en los países donde se imparte ese tipo de educación hay mayor conciencia y preparación ante el fenómeno de la sexualidad.

"Tiene una influencia corruptora" ha declarado a The Times Peter Dawson, secretario general de la Asociación Profesional de Maestros. "Los niños de esas edades no pueden cuestionar las propuestas" que se les hacen en el libro. "Es una forma de adoctrinamiento".

El manual pretende poner al corriente a niños de entre cinco y 11 años de cuestiones tan delicadas como anticoncepción, posiciones sexuales, masturbación, homosexualidad y transmisión del sida.

En nombre de Dios

Victoria Gillick, una conocida activista contra toda liberalización de los hábitos sexuales se encomendaba hace semanas a Dios por lo que pudiera pasar si el libro llegaba a ser publicado y advertía que la libertad sexual nacida de los años sesenta no ha producido más que desastres."Durante 20 años hemos tenido esta clase de educación sexual en las escuelas secundarias y contamos con los más altos índices de promiscuidad en nuestra historia", decía esta madre de familia numerosa.

"Ahora van a ofrecer la misma perversidad a nuestros hijos pequeños. Que Dios se apiade de nosotros si no lo paran ahora", llegó a afirmar Victoria Gillick.

El libro no lo ha parado nadie y ya se han recibido solicitudes de 400 escuelas. Los autores del manual,Pete Sanders y Liz Swinden, desmienten las acusaciones de sus detractores, niegan que el manual incite a la promiscuidad y hacen hincapié en lo que consideran aspectos más positivos.

"De hecho, la cifras muestran que en los países en los que se ofrece una buena educación sexual hay menos abortos y menor número de enfermedades sexuales", comenta Swinden.

Los partidarios de este tipo de educación sostienen que la sexualidad es demasiado importante para ser ignorada y que es más positivo que los chavales lleguen a su conocimiento mediante cauces controlados y graduales que de forma clandestina. Según estos sectores, de ese modo también se podrá incidir en una mayor responsabilidad en la conducta sexual.

Recientes estudios han mostrado que la mayoría de los niños británicos de siete años desean recibir enseñanzas sobre la reproducción humana y que el 96% de los padres prefieren que sean los maestros quienes enseñen a sus hijos sobre las cuestiones sexuales.