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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Captura equivocada

Hace unos días, un ciudadano español fue retenido por la Guardia Civil porque al efectuar un control rutinario de carretera el ordenador, al lado de su nombre y apellidos, decía: "Orden de busca y captura por procedimiento oral".El hecho ocurría un viernes por la noche y dicho ciudadano fue privado de libertad y, según se le comunicó a su familia y amigos, enviado a Carabanch,el hasta el lunes, siendo absolutamente imposible conectar con él durante ese tiempo.

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Captura equivocada

Viene de la página anteriorEl lunes por la mañana, en el juzgado que presuntamente había dictado la orden de busca y captura, y tras la "busca y captura" por parte del abogado y de la familia del dossier que se hallaba perdido entre el Juzgado de lo Penal número 5 y el de Instrucción número 20, se descubrió que la persona privada de libertad no era la misma sobre la que pesaba la orden de busca y captura, fe chada en el año 1988, por un deli to de hurto valorado en 65.000 pesetas por el denunciante.

El error se debía a que la policía no había averiguado el núme ro del DNI del acusado y sólo se había fiado de los datos que éste dio al ser detenido, es decir, un nombre y un domicilio.

En la secretaría del juzgado aseguraron, muy serios, que ellos se limitan a recibir los datos de la policía, y que si a ésta no le interesa el número del carnet de identidad, ellos no son quiénes para preocuparse del tema.

Por esta desgraciada coincidencia de un nombre y dos apellidos, bastante frecuente, sí, pero que no exculpa el error, un ciudadano de pleno derecho ha permanecido un fin de semana detenido y aislado.

Ni al firmar la orden de libertad inmediata, con la anotación de que había sido detenido por error, ni al día siguiente, al tomarle declaración de inocencia, la juez tuvo a bien disculparse por la equivocación cometida.

Existen pequeños agravantes, tales como que la orden de libertad tardó más de seis horas en ser obedecida, y para que al fin se llevara a cabo, fue preciso que de la oficina del Defensor del Pueblo llamaran a Carabanchel exigiéndola o, en caso contrario, el defensor se constituiría en la puerta de la cárcel para que se cumpliera; o que a los familiares y amigos, dos veces consecutivas y por un comisario y un guardia civil, respectivamente, se les asegurara en la madrugada del viernes que el detenido no se hallaba en los juzgados de la plaza de Castilla, por haber sido ya trasladado a Carabanchel, cuando se le trasladó en la madrugada del lunes. Amén de todas las reclamaciones de tipo legal que pueda ejercer en su día la persona interesada, todos los datos de esta desgraciada anécdota obran en poder del Defensor del Pueblo con la petición de que dé cursooficial a la queja. Y quiero hacer constar aquí mi admiración y mi agradecimiento por el funcionamiento de esta institución y el comportamiento de todos los que la constituyen.- María Lopez

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