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El Parlamento yugoslavo aplaza el debate de la futura configuración del país

El Parlamento federal yugoslavo terminó ayer su sesión de tres días sin comenzar siquiera la discusión sobre la crucial cuestión que enfrenta a las repúblicas yugoslavas: la alternativa entre federación y confederación como nuevo marco para las relaciones entre las seis repúblicas del país balcánico. No se confirmó el temor de que Serbia bloqueara la confirmación en el cargo del nuevo representante de Croacia ante la presidencia colectiva del país, Stipe Mesic.

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La opción federal

Su presidente, el serbio Borisav Jovie, decidió no leer ante el Parlamento la amenazadora ponencia que había preparado, que ya había sido publicada la víspera (ver EL PAIS de ayer), y se limitó a pronunciar un breve discurso en el cual dijo: "Es la última oportunidad de entender con seriedad que la situación es grave y que todos tenemos que usar la razón para evitar la catástrofe que nos aguarda". El presidente recordó que la desintegración, el caos y la guerra civil amenazan a Yugoslavia.El rompecabezas de las relaciones entre los pueblos yugoslavos, la relación entre el poder de las repúblicas y de la federación y el poder de los tres órganos federales -la Presidencia colectiva, el Parlamento federal y el Gobierno, además de las Fuerzas Armadas- escapa estos días a la comprensión incluso de los más altos funcionarios. La pregunta sobre dónde yace el poder en Yugoslavia parece imposible de responder. Las instituciones federales, y sobre todo el Parlamento y la Presidencia colectiva, están política y étnicamente divididos. El Parlamento está compuesto por los diputados democráticamente elegidos (de las repúblicas de Eslovenia y Croacia, donde se celebraron las elecciones libres) y de los comunistas de las demás repúblicas, donde las elecciones se celebrarán en los próximos dos meses. La Presidencia está dividida según la misma línea: dos repúblicas, Eslovenia y Croacia, están a favor del replanteamiento de los principios que rigen las relaciones de las repúblicas yugoslavas según las características de una confederación, mientras que el resto de las repúblicas favorecen la federación.

La Presidencia, como el máximo órgano político del país, afirmó que presentaría los dos proyectos -el federal y el confederal- ante los diputados del Parlamento federal, pero, en el último momento, el presidente Jovic, violando su promesa, se disoció de sus colegas croatas y esloveno e intentó imponer el modelo serbio, una federación con el fuerte poder central.

Por ello surgieron los conflictos en el comienzo de la sesión parlamentaria que se inició el miércoles pasado. Según la agenda prevista, Jovic iba a exponer su proyecto federal y analizar la situación del país. Irritados por el intento serbio de dominar el Parlamento y la Presidencia, los croatas exigieron el cambio del orden del día pidiendo primero la ratificación del mandato de Stipe Mesic. Tras más de 12 horas de debates a puerta cerrada entre los miembros de la Presidencia y del Gobierno, la iniciativa croata, secundada en la votación por todas las repúblicas, con la excepción de Serbia y de Montenegro, fue aprobada.

Desafiando la decisión parlamentaria, los serbios publicaron en sus medios de comunicación el discurso nunca pronunciado y revelaron su visión de la situación del país, donde sólo el uso de la fuerza podría frenar las aspiraciones desintegradoras de Croacia y Eslovenia. Los representantes de las repúblicas occidentales acusaron a Jovic de haberse alineado plenamente con las tesis de la dirección serbia yadvirtieron de nuevo que su propuesta de confederación es la única alternativa a la secesión que están dispuestos a aceptar. .

Ayer, cuando el Parlamento se reunió de nuevo, el golpe serbio fue otra vez impedido: Stipe Mesic fue elegido el nuevo miembro de la Presidencia, lo que significa el reconocimiento del Gobierno democráticamente electo en Croacia.

Por otra parte, nadie sintió la necesidad de escuchar el discurso de Jovic, ya que todos lo habían leído en la prensa de Belgrado. La imposibilidad de Jovic de pronunciar su discurso ayer significó otra derrota serbia, a la vez que Jovic se vio obligado a cambiar radicalmente el tono y llamar a la calma y al diálogo.

Sin embargo, la derrota serbiano implica.la victoria de las repúblicas occidentales, ya que la discusión acerca de las futuras relaciones entre las repúblicas fue pospuesta para noviembre, y previsiblemente se repetirá el escenario de los tres últimos días: temor a la desintegración del Parlamento y de la Presidencia y miedo al golpe militar.

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