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GENTE

Balbina Álvarez y Jesús Varela

Dos meses pendientes de su hijo en Irak

Xosé Hermida

No saben dónde está Irak ni quién es Sadam Husein. "No sabemos nadiña", dice Balbina Álvarez. Pero ella y su esposo, Jesús Varela, viven desde hace más de dos meses pendientes de un lugar del planeta del que sólo conocen "que está muy lejos" y donde presienten que de un momento a otro puede estallar una guerra. En San Salvador, unapequeña aldea del municipio de Melide, en el centro geográfico de Galicia, equidistante 50 kilómetros de Lugo y de Santiago, Jesús Varela, de 83 años, y Balbina Álvarez, de 84, parecen no entender muy bien lo que ocurre en "el mundo", palabra con la que designan genéricamente todo lo que está alejado de su pueblo. A su edad, llenos de achaques y dificultades de audición, apenas han llegado a entender que su hijo Vicente, uno de los 15 rehenes españoles retenidos por Sadam Husein y que hoy tienen prevista su llegada a Madrid, no se presentó el pasado 4 de agosto a la habitual cita familiar previa a la fiesta local. Su nuera les explicó que no le dejaban salir de un país lejano. "Nos dijeron que iba a haber guerra y eso nos preocupó porque entonces él tendría que luchar como todos", afirma Balbina Alvárez.

Vicente Varela, de 59 años, emigró muy joven a Barcelona, donde comenzó a ejercer como sastre y acabó casándose con una catalana. El trabajo en una empresa de suministros técnicos le llevó a recorrer el mundo y le sorprendió en Irak el día de la invasión de Kuwait cuando se disponía a regresar a España. Estos dos meses han sido muy duros para sus padres, que acababan de sufrir la pérdida de otro de sus cinco hijos, cuatro de los cuales escogieron la aventura de la emigración para buscar una vida con más perspectivas que el cuidar vacas.

Los ancianos pudieron ver en dos ocasiones a su hijo a través del televisor en blanco y negro situado en un alto de la cocina. "Una vez le vimos muy bien porque se puso de frente, muy formal. Pero sólo seguimos la televisión por la noche. Durante la mañana no la tenemos abierta porque hay que trabajar". A veces las noticias se las transmitían los vecinos, que desde que supieron que Vicente Varela se encontraba entre los españoles retenidos en Irak no han quitado ojo de la pantalla. Vicente ha sido también motivo habitual de comentario a través del único teléfono público disponible en la aldea. "Esa Cristina Almeida sí que ha hecho un buen trabajo", concluye Baltasar, uno de los habitantes de San Salvador que ayuda a Balbina y Jesús a hacer memoria sobre la vida de su hijo.

Balbina Álvarez apenas ha salido nunca de la aldea y su esposo viajó a Barcelona en una ocasión para asistir a la boda de la única hija de Vicente. "Era grande de carajo. Los pinares estaban llenos de casas", recuerda el anciano.

Vicente Varela ha confesado en los últimos días a los periodistas españoles en Bagdad que prefería no hablar de sus padres por temor a emocionarse. Los dos ancianos esperan ahora su regreso ante el fuego de la cocina de leña en la antigua casa de labradores donde viven. El día que Vicente vuelva tienen previsto organizar la fiesta que se frustró aquel 4 de agosto por culpa de una guerra en un lugar del planeta dei que ni siquiera les interesa saber su nombre.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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