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EE UU completa su despliegue militar en el desierto saudí

La Operación Escudo del Desierto está virtualmente concluida. Estados Unidos completó el pasado fin de semana su despliegue militar en las arenas de Arabia Saudí y, se encuentra en condiciones, según sus dirigentes, de repeler un eventual ataque iraquí. El secretario de Defensa, Richard Cheney, asegura que las tropas seguirán en la zona de conflicto "hasta que el trabajo esté terminado". Sin embargo, fuentes militares consideran que se carece aún de la potencia dé fuego y los suministros necesarios para iniciarla lucha con garantías claras de ganarla.,

Ésta es la hora del mantenimiento y el entrenamiento final, en espera de que estallen las hostilidades, eventualidad que los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea estudiaron ayer cerca de Venecia. La posición oficial es apostar por una "solución legal dentro del marco de las resoluciones de la ONU".El jefe de la diplomacia española, Francisco Fernández Ordóñez, considera más probable la guerra que una salida negociada, y expresaba así su pesimismo: "Aún tenemos un margen, pero estamos agotando el tiempo para evitar una intervención armada". Su homólogo italiano, Gianni de Michelis, aseguraba, en cambio: "El tiempo juega a nuestro favor. El, aislamiento de Irak aumenta y la eficacia del embargo afecta a la máquina militar y económica" del régimen de Sadam Husein, que sigue negándose a abandonar Kuwait, invadido y ocupado por sus tropas la madrugada del pasado 2 de agosto.

El domingo llegaron a Arabia Saudí los últimos envíos de hombres y equipos. Unos 200.000 soldados y miles de toneladas de material pesado están ya bajo temperaturas muy por encima de los 40 grados, en espera del combate. La operación ha supuesto el mayor movimiento de tropas estadounidenses desde la II Guerra Mundial.

Al otro lado de la frontera, en el ocupado Kuwait, las tropas iraquíes refuerzan sus posiciones y construyen sin parar fortificaciones y trincheras. Todo indica que una eventual guerra estaría muy lejos de ser un paseo militar para las tropas norteamericanas.

Entretanto, el príncipe Felipe viajó al puerto egipcio de Hurghada, donde se reunía con las tripulaciones de las corbetas Descubierta y Cazadora, como había hecho el día anterior en Abu Dabi con la de la fragata Santa María. Don Felipe llegó anoche a Madrid. Paralelamente, en Bagdad, una delegación no gubernamental proseguía sus esfuerzos, en un clima de moderado optimismo, para lograr que Sadam Husein permita la salida de todos o algunos de los 15 rehenes españoles.

Páginas 2 a 7

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