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Traficantes de droga piden al la Junta de Usera licencias de venta ambulante

Luz Sánchez-Mellado

Alrededor de 20 gitanos residentes en el poblado de San Fermín pidieron en la noche del lunes en el pleno de la Junta Municipal de Usera que se les concedan licencias de venta ambulante para poder abandonar el tráfico de drogas. La sesión acabó de forma violenta cuando un centenar de vecinos impidieron durante cinco minutos la salida de la sala del presidente de la Junta, Manuel Martín Parrondo, que les había negado el uso de la palabra. Por otra parte, los vecinos de Palomeras patrullaron anoche por segunda vez consecutivas en el barrio con el fin de echar a los traficantes de sus calles.

Los gitanos residentes en el poblado de casas prefabricadas de San Fermín, en el distrito de Usera, impiden desde hace unos días el paso a las personas que, en gran número, acuden a este lugar para adquirir dosis de estupefacientes. Los habitantes de San Fermín que reconocen dedicarse al tráfico de drogas pretenden con esta actitud convencer a las autoridades de su deseo de abandonar esta actividad ilícita a cambio de la concesión de licencias para poder dedicarse a la venta ambulante."Queremos que se acabe esta plaga que es la droga, pero no tenemos más remedio que venderla si salimos a vender fruta a la calle con nuestras furgonetas y viene la policía y se lleva la mercancía, e incluso nos pega. De algo tenemos que comer", dice uno de los jefes de familia del poblado de San Fermín, que afirma que tuvo que dejar la venta ambulante y dedicarse "a vender algún que otro gramín de heroína porque nosotros no somos los que traemos los barcos de droga, sino que trajinamos con ella para alimentar a nuestros hijos".

'Espantar yonquis'

Este cabeza de familia y sus hijos y parientes se dedican, desde hace un par, de días a espantar a todo aquel que se acerca al poblado con ánimo de comprar droga. "Vamos a demostrarle a la gente que no queremos seguir traficando para que nos dejen seguir con nuestra venta ambulante, pero también advertimos que no podremos estar mucho tiempo echando a nuestros antiguos clientes, porque tenemos que llenar los estómagos de nuestras familias", concluye el patriarca.

Las 80 familias, que fueron trasladadas hace seis meses desde el barrio de Torregrosa a los barracones de San Fermín, solicitaron hace un mes en la Junta de Usera una intervención en el próximo pleno.

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100 vecinos de Palomeras patrullaron anoche en busca de traficantes de droga

Viene de la página 1En esta polémica sesión, celebrada en la noche del lunes, los representantes de los antiguos chabolistas pidieron a la presidencia la concesión de licencias de venta ambulante.

El momento de la intervención del representante gitano fue de gran tensión, dado que se encontraban presentes en la sala del pleno vecinos del barrio cuyos hijos son toxicómanos.

Algunas madres increparon a gritos a los chabolistas mientras éstos hacían uso de la palabra. Posteriormente, el pleno escuchó el testimonio de una vecina que, como portavoz de un grupo de personas que se manifestaban en ese momento a las puertas de la Junta, se pronunció en contra de la construcción de unos pisos de acogida para toxicómanos que la Comunidad tiene previsto habilitar en el distrito de Usera.

Llegado el turno de ruegos y preguntas, los representantes de la Asociación de Vecinos San Fermín solicitaron intervenir en la sesión, sin obtener del concejal presidente, el centrista Manuel Martín Parrondo, el pertinente permiso.

"Enfadados por esta falta dé sensibilidad del concejal, decidimos no dejar salir a nadie de la sala hasta que no se nos escuchara", declaró Víctor Renés, presidente de la entidad vecinal,_que asegura que el único propósito de los vecinos al solicitar la palabra 'era exigir la erradicación de la droga del barrio y que se cumplan los compromisos de equipamiento social y cultural que nos prometieron a cambio del realojo de los gitanos en los barracones de San Fermín, precisamente con el fin de evitar que se convirtiera en un hiper de la droga como es ahora".

El presidente de la Junta de Usera, Manuel Martín Parrondo, justifica su decisión de no autorizar la intervención de la Asociación de Vecinos en el pleno afirmando que "este colectivo no había solicitado, ni por escrito ni verbalmente, permiso para hacer uso de la palabra, y yo no puedo dejar que hable todo aquel que levante la mano, porque entonces los plenos se convertirían en un mitin".

Martín Parrondo se muestra de acuerdo con los vecinos que exigen la erradicación del narcotráfico del distrito. "Lo que pasa es que todo el mundo sabe dónde se vende droga, pero la Delegación del Gobierno no manda a su policía a que actúe contra los camellos", dice el concejal.

Patrullas vecinales

Por otra parte, los vecinos del barrio de Palomeras, en el distrito de Vallecas Puente organizaron una patrulla en busca de narcotraficantes, a la que asistieron mujeres y niños en su gran mayoría. En ningún momento se produjeron actos violentos, aunque el presidente de la asociación vecinal, Antonio Portugués indicó que había sufrido amenaza por parte de un yonqui, según informa Elsa Fernández Santos. "Hoy patrullamos de dos de la mañana a doce de la noche, y sólo hemos tenido incidentes verbales. Hemos echado a uno que venía en moto a vender droga y a otros que venían en un coche. Aquí nos conocemos todos bien, y sabemos distinguir quienes son los camellos y los yonquis", declaró.

El presidente de Ia asociación indicó que de momento, las patrullas se producirán de modo pacífico. "No queremos llegar a más, pero si la cosa se pone fea no habrá más remedio, hoy un yonqui del pozo me ha amenazado con un cuchillo. Si tenemos que defendernos lo haremos como sea", agregó.

Una vecina dijo: "Mi hija, que tiene cinco años juega a que se pincha, sabe perfectamente lo que es un pico y como se mete". Otro vecino señaló: "En los portales se han llegado a reunir hasta cuarenta yonquis, pinchándose, y chicas muy jóvenes desnudas prostituyéndose y dejándolo todo sucio y tremendamente enmarañado".

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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