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LA CRISIS DEL GOLFO

Kaifu propone crear un cuerpo no armado para colaborar en misiones de la ONU

El Gobierno japonés envió ayer al Parlamento un controvertido proyecto de ley para crear un cuerpo no armado, compuesto de civiles y militares, que colaborará en misiones de paz dictadas por la ONU. El proyecto, anunciado por el primer ministro, Toshiki Kaifu, en vísperas de una gira por cuatro países árabes, ha sido censurado por la oposición por estimar que viola la Constitución no militarista de Japón.

Kaifu explicó ayer por la tarde en una conferencia de prensa la propuesta de ley para cooperar con la ONU y dijo que se trataba del "máximo esfuerzo" que su país puede realizar para contribuir con medios no militares a las misiones de paz fundamentadas en resoluciones que hayan sido aprobadas por el organismo internacional. Estados Unidos y los principales países occidentales han criticado la falta de iniciativa japonesa en la crisis del Golfo y la necesidad de que Japón vaya esta vez más allá de una simple contribución monetaria. Tokio decidió este mes, tras semanas de vacilación, aportar 2.000 millones de dólares para el mantenimiento de los soldados norteamericanos desplegados en la zona y entregar otros 2.000 en préstamos y donaciones a los países más afectados por la crisis, en especial Egipto, Jordania y Turquía. Kaifu, que hoy viaja a Nueva York para pronunciar un discurso en la ONU con ocasión de la jornada mundial de la infancia, visitará a partir del próximo 1 de octubre Egipto, Jordania, Turquía, Arabia Saudí y Omán.No combatirán

El cuerpo de paz estará formado por personal no armado del ejército, así como por funcionarios ,públicos y voluntarios civiles, que podrán ser enviados a otros países en misiones de cooperación con la ONU, pero que nunca estarán presentes en las zonas neurálgicas de conflicto. "No será un cuerpo de combate y por tanto se ajustará a los principios de la Constitución", subrayó el primer ministro aunque la oposición socialista y algunos observadores creen lo contrario.

No se han especificado las tareas en las que en principio intervendrán sus componentes (el número no ha sido revelado, pero se cree que llegará al millar) serán actividades similares a las que realizan los cascos azules de la ONU, es decir, funciones de transporte, comunicaciones, asistencia sanitaria, ayuda a refugiados, observancia de un alto el fuego y vigilancia de procesos electorales.

El cuerpo, según el proyecto legislativo, estará bajo control civil y dependerá directamente del primer ministro. Sin embargo, no se ha especificado si los oficiales del ejército que formen parte del mismo conservarán su rango.

El Gobierno pretende que la ley sea aprobada cuanto antes y para ello ha convocado una reunión extraordinaria de la Dieta para mediados del próximo mes, una vez que Kaifu regrese de su viaje por Oriente Próximo. Es previsible que obtenga el respaldo parlamentario, aun a pesar de que el gobernante partido liberal no goza de mayoría absoluta.

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Sin embargo, la ley encontrará una gran resistencia por parte de la oposición socialista y probablemente despierte la sensibilidad del pueblo japonés y el recelo de los países asiáticos vecinos ante el temor de que resurja el militarismo. Kaifu reconoció ayer que su Gobierno se ha visto sometido a presiones internacionales para que Japón coopere más activamente en la búsqueda de una solución a la crisis del Golfo y agregó que con esta iniciativa su país responde a la actual corriente mundial de crear un nuevo orden internacional una vez acabada la guerra fría.

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