Almunia dice que el modelo de partido de Suresnes no vale para los años noventa

El ministro para las Administraciones Públicas, Joaquín Almunia, manifestó ayer en Alcalá de Henares que el PSOE debe definir "un proyecto de futuro adecuado a las circunstancias que vivimos, no uno que mire al pasado". "Hay que ver qué aspectos de la organización o el funcionamiento del partido de 1974 deben ser mantenidos en los años noventa, y cuáles han respondido a las necesidades del pasado pero no son útiles para responder a las tareas que le corresponden en el futuro", señaló Almunia en respuesta al presidente de la FSM, José Acosta y a otros dirigentes del llamado sector guerrista que han defendido públicamente el mantenimiento del modelo de partido vigente desde el congreso de Suresnes, en 1974.Joaquín Almunia, que puso especial cuidado en no salirse del terreno de las ideas, señaló que "calificar de antiguerrista" a quien propugna mejorar la organización del partido supone "cerrarse al debate", y reivindicó el derecho a plantear la renovación para el porvenir de ideas y estrategias que fueron "extraordinariamente útiles" durante la transición democrática y en los años 80. "No nos podemos volver conservadores y pensar que sólo lo del pasado es lo bueno. Un partido socialista nunca puede ser conservador", subrayó el ministro mientras recordaba que en Suresnes el PSOE contaba con menos de cuatro mil militantes y estaba en la clandestinidad.

Planteamientos de 'aparato'

El ministro, al que se sitúa en el punto de mira de los guerristas por haber respaldado los planteamientos de Joaquín Leguina en el acto de hotel Chamartín, recordó que el PSOE de hoy está muy alejado de esa situación y que debe relacionarse con "una sociedad madura,( ... ) que espera recibir de nosotros ideas sugerentes para el futuro". En este sentido expresó su preocupación por el hecho de que, "debido quizá a algunos planteamientos excesivamente de aparato", la percepción que tenga la sociedad es que al PSOE sólo le preocupa su organización interna.

Añadió Almunia que se resistía a aceptar que en el 32º Congreso federal no cabe más que la ratificación de las ponencias oficiales, y aunque reconoció tácitamente que los sectores que reclaman el mantenimiento del modelo de Suresnes controlan holgadamente el 80 % de los delegados, expresó su esperanza de que "ideas defendidas con sensatez y desprovistas de cualquier tipo de intención agresiva contra nadie puedan recibir apoyos de otras partes del partido presentes en el Congreso".

El ministro expresó su convicción de que no va sufrir "sanciones o represalias" por alinearse con las posturas de Leguina y llamó a superar las reticencias hacia "el pluralismo, la expresión libre de ideas y el debate de las mismas entre compañeros que estamos dentro de la misma mayoría". Propugnó por ello evitar "no sólo los personalismos, sino también las reprimendas por expresar ideas".