Maynard Jackson
El alcalde de Atlanta, el hombre más feliz del múndo
El alcalde de Barcelona, el socialista Pasqual Maragall, es una de las pocas personas que pueden saber cómo se siente en estos momentos Maynard Jackson, el alcalde de Atlanta (Georgia). Hace cinco años, Maragall, como ahora le sucede al propio Jackson, también fue el hombre más feliz del mundo. La primera reacción de Jackson cuando el martes Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), pronunció el nombre de la ciudad de Atlanta fue ponerse las manos en la cabeza, no se lo podía creer. Después llegaron los gritos, los abrazos, los besos, las lágrimas. El sueño de Jackson no sólo era poner el nombre de Atlanta en el mapa, también quería demostrar que era capaz de embarcar a su ciudad en el mayor proyecto al que puede aspirar una metrópoli moderna: la organización de unos Juegos Olímpicos.La última ocasión en que el nombre de Atlanta apareció en la prensa internacional fue en 1988, durante la convención del Partido Demócrata, que eligió a Michael Dukakis candidato a la presidencia. Aquellos días, un grupo de, hombres y mujeres blancos y negros trabajaba en un proyecto gigantesco: convertir Atlanta en una ciudad olímpica. "El sueño se ha hecho realidad", ha declarado ahora Jackson.
El alcalde ha añadido que "los Juegos de Atlanta serán los mejores Juegos de la historia", y ha reconocido que está "superado por la alegría y el orgullo que significa recibir los Juegos que celebrarán el primer centenario de la competición". El nuevo alcalde olímpico, que fue reelegido en octubre de 1989, tiene 51 años, es abogado de profesión, está casado y tiene cuatro hijas y un hijo, y cuenta con un am plio historial policial en el que predominan las detenciones por conducir bajo los efectos del alcohol.
Jackson, que fue el primer alcalde negro de la ciudad, es un hombre polémico. Vive en una casa de 15 habitaciones situada en uno de los barrios más elegantes de Atlanta. Cuando le preguntan sobre los altos índices de criminalidad de la ciudad, responde: "Todos en América tienen problemas de inseguridad, y la principal causa es el tráfico ilegal de drogas, una amenaza más destructiva para la sociedad que un segundo Pearl Harbour".
Este alcalde ha conseguido unir una ciudad racialmente se parada por la historia, y además ha conseguido los Juegos. No es de extrañar, pues, que Jackson sea estos días el hombre más feliz del mundo.
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