Más censura es imposible
Se encuentra la prensa saudí a punto para la guerra? ¿Están entrenados los reporteros y los fotógrafos para cubrir este tipo de acontecimiento violento? ¿Disponemos dé un centro de comunicaciones para esta crisis y su eventual estallido bélico?". Son preguntas que se hace en el diario Saudi Gazette un comentarista después de lamentar que aquí todo el mundo tiene pegada la oreja a la radio para oír las noticias en árabe emitidas por la BBC, emisora británica que, a su juicio, se inclina por Irak. El comentarista anima a los periodistas saudíes a salir de su letargo.Pero esto es mucho pedir. En el centro de información saudínorteamericano no hay teletipos de agencias internacionales. La prensa tiene prohibido Jiacer visitas y viajes informativos sin autorización expresa y acompañante oficial del Ministerio de Información.
Ningún periodista tiene visado de entrada múltiple en este país. El que sale, aunque sólo sea hasta el emirato vecino, ya no puede volver. Y siempre nos aguarda a todos la omnipotente censura oficial. En el número del semanario Time del 17 de septiembre, la censura cubrió de tinta negra los senos y el Vientre de una oronda mujer pintada por Tiziano.
Los diarios con fotografías de la entrega de los premios Emmy llegaron a los lectores con la anatomía de las ganadoras mutilada por el carbón del censor. Piernas y escotes femeninos desaparecen de las revistas, al igual que los besos en los telefilmes.
Ni siquiera el correo dirigido desde Estados Unidos a los soldados norteamericanos escapa de la voracidad de los censores. Biblias, objetos religiosos, fotografias de novias o de la esposa, así como galletas con sabor a panceta de cerdo son confiscados por los vigilantes de la moral islámica. Semejante intranslgencia de la que tienen noticias los afectados por medio del periódico Stars and Stripes (Barras y Estrellas)- es objeto de discusión parlamentaria en Estados Unidos.
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