Rigor para todos
Me animo a escribirle tras leer la simpática noticia publicada en la columna Gente de la contraportada del diario EL PAÍS en su edición del domingo 9 de septiembre.Se trata de dos precisiones que estimo de interés para los lectores y para la credibilidad de la información.
La primera se refiere a la velocidad con que viajaba la lancha del Comune (Ayuntamiento). Según se me ha informado, el radar registró una velocidad de 9,6 nudos (el máximo permitido es 8), es decir, unos 17 kilómetros por hora. Una velocidad de 80 kilómetros por hora sólo la alcanzan en el mar las lanchas de competición o las planeadoras de los contrabandistas.
La segunda se refiere al sujeto pasivo de la multa, que no es otro que el propio Ayuntamiento, el cual había puesto a mi disposición la lancha. Yo viajaba en mi condición de visitante, y me enteré de la sanción a posteriori.
De todos modos, deseo añadir que estoy completamente de acuerdo con que los responsables de tráfico sean rigurosos con todos los ciudadanos, que deben ser iguales ante la ley. Asimismo, que soy decidido partidario de las medidas restrictivas y limitatorias del tráfico en los cascos históricos, y de modo particular en una ciudad de las características de Venecia-
presidente del Parlamento Europeo, Estrasburgo,
