'Narcos' colombianos vigilaban a confidentes para 'ajusticiarlos'
Una banda de narcotraficantes colombianos prepara dar un escarmiento a un grupo de compatriotas sobre los que tiene sospechas de que trabajaban como confidentes de la policía española. Sus nombres aparecen en unas listas intervenidas a unos traficantes detenidos esta semana. El joven que murió el pasado jueves tras recibir un disparo en un forcejeo con un policía estaba supuestamente relacionado con dicha organización, según han informado fuentes policiales.
Inspectores del Servicio Central de Estupefacientes se encontraban desde hace unos días tras los pasos de un grupo de suramericanos que presuntamente se dedicaban a la distribución de cocaína. El seguimiento policial permitió descubrir que algunos de los sospechosos proyectaban realizar el pasado miércoles un pase (una venta) de dos kilos de cocaína en In calle de Orense. Esta operación no llegaron a realizarla, por motivos no concretados, pero desde ese momento fueron permanentemente vigilados por los agentes.Sobre las cinco de la tarde del miércoles, los policías vieron que varios de los sospechosos se reunían en una bolera de la calle de Alcalá. Poco después, el grupo suramericano se disolvió y uno de sus integrantes, que portaba una bolsa, detuvo un taxi ante la cafetería De Torres, junto a la plaza de toros de Las Ventas.
Uno de los funcionarios se precipitó tras el citado individuo y se coló en el mismo taxi, a la vez que le encañonaba con su revólver. El presunto traficante trató de escapar e inició un forcejeo con el agente, cuya arma se disparó hiriendo de un tiro en la cabeza al supuesto camello.
El herido, que falleció al día siguiente, llevaba un pasaporte falso. Pero por el examen de las huellas necrodactilares ha sido identificado como Rubén Darío Rojas López, nacido en 4 de mayo de 1969 en Colombia, que ya fue detenido el 22 de junio del año pasado por presunta estancia ilegal en España.
Repartidor
En el momento del incidente de la plaza de toros, Rojas portaba una bolsa en cuyo interior había una caja de zapatos con 450 gramos de cocaína de gran pureza. Los encargados de la investigación suponen que el joven actuaba como repartidor de una organización, con la misión de hacer entrega de los pedidos de droga a los clientes que previamente habían pagado su importe.
El mismo miércoles fueron detenidos los otros tres colombianos que participaron en la reunión de la bolera: Héctor Patino Aranda, de 27 años; Manuel Salvador Díaz García, de 33, y Ricardo Aníbal José Félix Peláez Ruiz, de 47. Este último llevaba un sobre en el que había una lista con nombres de personas residentes en España, en su mayoría colombianos. Al final de la relación figuraba la frase "Por una Colombia sin sapos" ("por una Colombia sin confidentes").
Al examinar dicha lista, los agentes antidroga comprobaron que al lado de algunos nombres había una anotación con la palabra "comprobado", mientras que junto a otros figuraba la indicación "muerto" y en otros la de "herido". La práctica totalidad son colombianos a los que la organización tenía fichados como confidentes de la policía.
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La policía busca un escondite de cocaína y armas
Viene de la página 1Otro listado similar, con el título en inglés de Personas sometidas a investigación, fue hallado en el apartamento 511 del inmueble número 31 de la calle de Rafel Calvo, a pocos metros de la Dirección General de Policía y de la comisaría del distrito de Chamberí. El piso estaba presuntamente ocupado por el colombiano Manuel Salvador Díaz García, que está incurso en un proceso judicial incoado en el año 1987 por la Audiencia Nacional por un delito de tráfico de drogas.
En la relación de personas hallada en la vivienda de la calle de Rafael Calvo no hay ninguna anotación al margen, pero los nombres que aparecen en la lista son los mismos que figuran en la que guardaba el tal Aníbal.
Fuentes próximas a la investigación tienen "la absoluta certeza" de que la organización parcialmente desarticulada dispone de una caleta (un escondite), donde guarda la droga y posiblemente algunas armas.
Pero este agujero no ha sido descubierto hasta ahora, lo que ha motivado que los encargados del caso solamente hayan decomisado los 450 gramos de cocaína que llevaba el joven muerto tras el incidente de la plaza de Las Ventas.
Código secreto
A través de las vigilancias efectuadas por la policía, ésta ha comprobado que todos los miembros de la banda adoptaban extremas medidas de seguridad para evitar ser seguidos. Siempre se comunicaban a través de recados por mensáfono, difíciles de interceptar, y cuando hacían anotaciones empleaban un código en clave que únicamente ellos saben descifrar.
Un experto antidroga ha manifestado: "La organización de los detenidos parece muy peligrosa y con un nivel de información muy bueno. Tenían perfectamente localizados, incluidos sus domicilios y sus números de teléfono, a muchos de los hombres que figuran en las listas negras".
La misma fuente sostiene que "no es descabellado pensar que las guerras de Colombia se han trasladado a España, donde hasta ahora no habían querido actuar las mafias colombianas, para así poder vivir con tranquilidad y sin llamar la atención de la policía".
50 kilos de cocaína
El Servicio Central de Estupefacientes había detenido hasta ayer a cinco colombianos, pero continúa sus investigaciones para tratar de descubrir a otros posibles miembros de la red delictiva.
Los agentes que se han hecho cargo de las pesquisas estiman que el grupo parcialmente desarticulado puede disponer en Madrid y en otras ciudades de infraestructura y medios suficientes como para poder traficar en España con alijos de cierta importancia.
"Aunque es una hipótesis aventurada, es posible que esta organización tenga capacidad para mover un promedio de 40 o 50 kilos de cocaína al mes", según opiniones policiales.
Los mismos medios indican que esta red de narcotraficantes llevaba asentada en España varios meses, pero no había empezado a ser investigada en profundidad hasta hace muy poco tiempo. Debido a esta circunstancia, los servicios antidroga no han podido averiguar todavía su posible conexión con los carteles de Medellín o Cali, los más poderosos de Colombia.
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