Solchaga reconoce a Delors el cambio de España sobre la unión económica en tres puntos "muy significativos"

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, ha enviado una carta personal al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, en la que reconoce que la posición española sobre la unión económica y monetaria (UEM) "se aparta de la propuesta de la Comisión en tres puntos muy significativos". El ministro arirma que "nuestra intención no es retrasar o impedir el proceso hacia la UEM, sino hacerlo de forma ordenada y procurar que el progreso que se alcance en los próximos años sea irreversible". Solchaga lamenta que se haya producido "un profundo malentendido".

La carta, escrita en inglés, fue remitida por Carlos Westendorp, embajador permanente de España ante la CE, a Delors el pasado martes. Un portavoz oficial de la Comisión Europea declaró ayer que "el presidente ha leído la carta, pero no hay ninguna reacción sobre su contenido". Sin embargo, el miércoles, en el Parlamento Europeo, Delors tuvo una reacción furibunda contra "los que quieren retrasar la construcción europea" y apeló a los jefes de Estado y Gobierno para que "pongan las cosas en su sitio". Solchaga ha enviado la misma carta a los restantes ministros de Finanzas de la CE y a los gobernadores de los bancos centrales de los países comunitarios.El objetivo, según una fuente del Gobierno, "es intentar explicar nuestras razones, porque en este asunto hemos perdido la batalla de la información". El ministro, según otra fuente, "está entristecido y disgustado por las reacciones suscitadas y quiere eliminar el malentendido". España ha sido acusada de abandonar el grupo de países partidarios de acelerar la construcción europea, tras la propuesta de frenar la unión monetaria presentada por Solchaga el pasado sábado en la reunión de ministros de Finanzas celebrada en Roma.

Refuerzo al Reino Unido

La irritación de la Comisión por este cambio de postura es más que evidente. También representantes de Francia, Bélgica e Italia, países que forman el núcleo duro a favor de la unión europea, se han interesado por las razones que han movido a España a desmarcarse de ellos. El embajador francés ha ironizado sobre las dificultades españolas "para seguir el ritmo" y tanto él como el belga se han quejado de que "con esto se refuerza la posición británica y no va a haber quien los inueva". El Reino Unido no acepta el objetivo final de un banco central europeo y una moneda única.

"España permanece donde estaba y seguimos suscribiendo los principios básicos del informe Delors, aunque no estamos de acuerdo con las modalidades del último informe de la Comisión Europea" declaró el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez.

"En primer lugar, contrariamente a la propuesta de la Comisión", afirma la carta de Solchaga, "la nuestra ofrece una combinación de fechas y requisitos para llevar a cabo los cambios institucionales y la convergencia económica". Estas condiciones para avanzar hacia la segunda fase deben incluirse como disposiciones transitorias en el tratado que apruebe la unión monetaria, según el ministro español, para quien se trata de eliminación de los controles de cambios, entrada de todas las monedas en el Sistema Monetario Europeo, aunque no necesariamente dentro de la banda estrecha del 2,25%; prohibición de recurrir al banco central para financiar el deficit público, y autonomía de los bancos centrales frente a los Gobiernos de los Doce.

"Nuestra propuesta", añade la misiva, "tiene en cuenta para la segunda fase el Fondo Monetario Europeo y el ecu fuerte que ha presentado el Gobierno británico e introduce estos dos elementos en la propuesta original". Solchaga matiza que esta institución sería independiente de los Gobiernos y el embrión del futuro Banco Central Europeo, igual que el ecu fuerte acabaría convirtiéndose en la moneda única.

Por ultimo, el ministro afirma que "la propuesta española tiende a añadir contenido a las fases primera y segunda, siendo más específica que la de la Comisión acerca de los objetivos a alcanzar, para los cuales se establece un calendario y mecanismos que permitan hacer una mayor presión hacia la convergencia económica".