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Bush exige reducir el déficit en 500.000 millones de dólares en cinco años

El presidente George Bush dio ayer un ultimátum al Congreso para que se avenga a aprobar antes del 28 de septiembre un paquete de reducción del déficit presupuestario por un total de 500.000 millones de dólares en los próximos cinco años, si no se quiere enfrentar a drásticas reducciones obligatorias que pondrían en peligro todos los programas federales.

En una intervención ante las dos Cámaras del Congreso para explicar su política del Golfo, Bush apeló a la responsabilidad de los congresistas y dijo que, si viejos adversarios como Estados Unidos y la Unión Soviética pueden trabajar en una causa común, no existía ninguna razón para que "los que están en estas Cámaras, demócratas, y republicanos, liberales y conservadores, no se pongan de acuerdo para cumplir su responsabilidad [presupuestaria]".El déficit del presupuesto norteamericano, que alcanzará la suma de 160.000 millones de dólares el año fiscal 1991 que entrará en vigor el primero de octubre próximo, será objeto de un secuestro o reducción obligatoria de 100.000 millones si no se produce un acuerdo entre el Congreso y la Casa Blanca antes de esa fecha, de acuerdo con los términos de la enmienda Gramm-Rudmann-Hollings a la ley de presupuestos. El techo deficitario establecido por la enmienda para el próximo año no debería sobrepasar la cifra de 64.000 millones.

En un intento de llegar a un acuerdo sobre un presupuesto nivelado, negociadores de la Casa Blanca y de las dos Cámaras del Congreso mantienen desde el pasado fin de semana una serie de reuniones maratonianas en la base aérea de Andrews en las afueras de Washington. Ambas partes han reconocido que, a pesar de haber avanzado hacia una solución satisfactoria, el acuerdo todavía no ha sido conseguido.

Bush, que aseguró que el pueblo norteamericano estaba cansado de las reducciones cosméticas del déficit aprobadas en el pasado, manifestó que, "con acuerdo o sin él [en las reuniones], pido al Congreso que vote a favor de un paquete de reducciones del déficit antes del 28 de setiembre". "Si el Congreso no me consigue un presupuesto", amenazó, "el pueblo norteamericano tendrá que enfrentarse a un secuestro duro y obligatorio".

En el tema del aumento de impuestos, el caballo de batalla de las negociaciones, Bush, que hace unos meses se declaró dispuesto a un aumento de la presión fiscal, manifestó, que cualquier incremento, debía tener como fin un aumento del crecimiento.

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