El contrapeso soviético

Según Semprún, historicista, de hacer al proletariado protagonista (?) del drama, la tragedia estaba cantada. ¿De las palabras de Marx sólo pudo venir lo que vino?La Europa actual, por ejemplo, debe mucho a que, hace medio siglo, eventualmente, Estados Unidos y el Reino Unido fueran aliados de los soviéticos, tan incompatibles en teoría, y enemigos de Alemania, mucho más tolerante ideológicamente (Churchill pudo elogiar en su día los fascismos; jamás se le hubiera ocurrido hacer otro tanto del régimen soviético). ¿Alguien imagina que hubiera sido lo mismo con sólo que Hitler hubiera atacado la URSS con la complacencia pasiva de las anticomunistas Inglaterra y Francia, y que hubiera vencido? ¿Alguien imagina una posguerra que viniera marcada no por una victoria sobre el fascismo y las clases que, por simpatizar con él, tuvieron que ponerse a la defensiva, sino por una victoria de los países capitalistas sobre la URS S, el régimen terrorista, pero también el único y emblemático símbolo del poder obrero? ¿Hubiera adoptado el capitalismo la misma faz? ¿Hubiera hecho las mismas concesiones? ¿Sería igual de habitable? O, por ser más enfáticos y groseros: ¿Imaginan una posguerra con la supervivencia no del monstruo Stalin dueño de media Europa, sino del monstruo Hitler, dueño acaso de toda ella?

Es oportuno y saludable que el socialista/comunista deje de ocuparse de los crímenes del fascismo y se reconozca algo en el terror que se desencadenó en su propio nombre, incluso en el supuesto de que siempre hubiera sido crítico con la URSS. Que entienda que las fuerzas que uno contribuye a poner en marcha, por bien motivadas y razonables que parezcan, luego quedan expuestas a mutaciones imposibles de prever, que pueden resultar incluso más trágicas que los males que se pretendían remediar. Desde esa perspectiva sí se volverá un interlocutor verdaderamente razonable y abierto, adulto. Pero, si por la otra parte se abandonan a la autocomplacencia infantil y al autobombo, se inventan un mundo libre reducido al Occidente desarrollado y a la posguerra, incluso con olvido de algunos momentos delicados de la descolonización, y especialmente tratan como absolutamente ajeno a su estalinismo particular, el totalitarismo fascista, ellos han de quedar como los verdaderamente intratables e improductivos por maniqueos y oportunistas.-