Una tromba de agua aisla por tierra Madrid con el sur de España
La fuerte tromba de agua que cayó ayer tarde en la zona sureste de la región cortó las comunicaciones terrestres entre la Comunidad de Madrid y el sur de España. La carretera nacional IV estuvo cerrada durante al menos tres horas, según la Dirección General de Tráfico (DGT), mientras que Renfe tuvo que suspender todos sus viajes entre la capital y las zonas sur y sureste de España. Aranjuez sufrió una fuerte riada debido al desbordamiento del Mar de Ontígola. Carabaña sigue desde la noche del sábado sin comunicaciones por tierra.La carretera de Andalucía, donde hubo retenciones de más de 20 kilómetros, fue abierta de forma intermitente desde las diez de la noche, después de que los bomberos achicaran el agua acumulada en el punto kilométrico 48, según la DGT. No obstante, la circulación fue lenta una vez abierta la vía debido al barro y los materiales acumulados.
Renfe no pudo hacer circular trenes entre Andalucía y Murcia debido a que dos de sus principales líneas Pasan por Aranjuez, donde una riada recorrió las calles. Miles de pasajeros se vieron afectados por este corte.
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El Mar de Ontígola se desborda y provoca una nada en Aranjuez
Viene de la página 1Aranjuez fue la localidad más perjudicada por las lluvias. El Mar de Ontígola, una zona húmeda situada al sur de la localidad y a una altitud superior, desbordó el dique de contención, por lo que un torrente de agua y barro atravesó el casco histórico de la ciudad, informa Antonia Sánchez Vara.
El agua provocó que Renfe tuviera que suspender todo el tráfico ferroviario con el sur y el sureste, ya que las vías que vienen desde estas zonas de España enlazan en esta localidad antes de seguir viaje a Madrid.
Las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía fueron inundadas, y en su interior, siete coches patrullas. La biblioteca municipal también se vio afectada. Vecinos de la localidad trabajaron denodadamente para salvar los libros situados en las estanterías inferiores. Las plantas bajas de las casas y algunos edificios históricos también sufrieron los efectos del torrente, que en algunos puntos se embalsó y llegó a alcanzar hasta un metro de altura.
Un grupo de gitanos que habita unas cabañas y casas en mal estado tuvieron que abandonarlas precipitadamente ante el peligro de derrumbamiento. Las calles de la localidad presentaban anoche un aspecto desastrosos, con vehículos atrapados en el agua, casas y comercios inundados y vehículos de bomberos y protección civil recorriendo las calles para prestar ayuda. Los trabajos se centraron durante algunas horas en desviar la riada hacia el cauce del río Tajo.
Fuentes municipales que cita Efe afirmaron que los daños causados por la riada han sido cuantiosos, aunque confirmaron que no tenían noticia de que se hubieran producido víctimas.
Vías cerradas
En la estación de Sevilla se produjeron enfrentamientos verbales entre viajeros y funcionarios de Renfe cuando se anunció que el tren que debía llevarlos a Madrid no podía salir. En la terminal madrileña de Chamartín los pasajeros del Talgo con destino a Córdoba vieron cómo las promesas de Renfe de alojarlos o de devolverles el importe del billete se veían frustradas, según informó uno de los afectados.
Mientras, la situación en Manzanares y Alcázar de San Juan era caótica, con varios trenes detenidos en sus estaciones. Cientos de personas estaban bloqueadas sin que Renfe pudiera ofrecer ninguna solución para trasladarlas a sus lugares de destino. Posteriormente, la compañía dispuso varios autobuses para trasladar a los viajeros atascados hasta la capital de España, que no habían partido aún a la hora de cerrar esta edición.
Varios trenes de Renfe tuvieron que hacer bajar a sus pasajeros en Aranjuez para trasladarlos posteriormente hasta la capital, cuando amainaron las lluvias y quedó abierta la carretera Madrid-Cádiz. Familiares y amigos de los viajeros afectados se pusieron en contacto con EL PAÍS para conocer la razón por la cual tras horas de espera, los trenes no llegaban a sus puntos de destino.
Los bomberos de la Comunidad. de Madrid, que aseguraron haber tenido "un día de locos, con la centralita casi bloqueada" tuvieron que acudir igualmente a la zona de Arganda del Rey y de Rivas-Vaciamadrid, donde también se dejó sentir la tromba de agua.
Mientras, Carabaña sigue aislada desde la madrugada del domingo debido a dos desprendimientos que cerraron la carretera que une la localidad con Tielmes. Varios altos cargos de la Comunidad de Madrid se trasladaron hacia los dos puntos en los que la calzada, la única que atraviesa el casco urbano de Carabaña, está invadida por las piedras para dirigir las tareas de desescombro.
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