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Adicción a las vacaciones

Los presidentes que meten a sus países en guerras mientras se patean campos de golf quizá merezcan el oprobio popular. George Bush es una excepción: se mostraba reacio a seguir de vacaciones durante el mes pasado. ( ... ) Estaba rabiando por regresar al Despacho Oval y mantener solemnes reuniones sobre grandes mapas a escala, pero optó por no regresar para no dar a Sadam Husein la satisfacción de interrumpir sus vacaciones.Bush personifica la ética del trabajo norteamericana: se levanta temprano, telefonea a todo el mundo y come un sandwich sentado ante su mesa de trabajo.

La única diferencia es que sus vacaciones son un poco más largas que las de sus compatriotas. Entre los países occidentales, EE UU tiene unas vacaciones especialmente cortas. ( ... ) La adicción al trabajo y la competencia no van siempre unidas. Estar alejado del trabajo durante una semana o dos muestra hasta qué punto su trabajo puede ser una pérdida de tiempo. Pero que intenten decírselo a un banquero de Wall Street o a un abogado de Washington. ( ... )

Mientras, el intrépido presidente marca nuevas pautas ( ... ) en sus vacaciones: antes de amanecer, a pescar percas, un rápido circuito de golf después de desayunar, un paseo a caballo, tres sets de tenis y una salida al mar en una lancha rápida para la pesca infructuosa de un pez azul. Los norteamericanos están aprendiendo a disfrutar igual que a trabajar: intensivamente.

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8 de septiembre

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