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El INI pide al Gobierno alemán que revise la venta de Enasa

El Ministerio de Economía de la República Federal de Alemania mostró ayer su sorpresa por la petición recibida del Instituto Nacional de Industria de España para que el titular de este ministerio, el liberal Manfred Haussmann, apruebe el proyectó de compra de la fabricante de, camiones española Enasa por un consorcio formado por las empresas alemanas Daimler Benz y MAN AG, tal y como estaba previsto en el contrato original que fue rechazado por el Bundeskartellamt -la oficina antimonopolios de la RFA- y también por la Comisión Europea.La sorpresa mostrada ayer en el Ministerio de Economía de Bonn radica en que este proyecto original, que tras el rechazo había sido dado ya por muerto, había abierto la vía de unas nuevas negociaciones en las que, descartada MAN AG, sería Daimler Benz quien se haría con un 60% de Enasa, aunque en unas condiciones que por el momento no satisfacían al Gobierno español.

Fuentes del Ministerio de Economía alemán se negaron a indicar oficialmente cual sería su respuesta a esta extraña petición española que llegó a su sede a mediados de agosto. Sin embargo, extraoficialmente parecía lo más probable que la petición española no obtuviera respuesta.

Un portavoz indicó que "los planes elaborados hace unos meses probablemente ya no existen".

La oposición del Bundeskartellamt a un proyecto sólo puede ser salvada si el Gobierno, en una decisión política, decide seguir adelante con el mismo "por razones de gran importancia para el país".

Por su parte, el INI ha justificado la petición en la necesidad de conocer la opinión oficial del Ministerio de Economía alemán aunque fuentes del holding público tampoco se han mostrado muy optimistas en relación a la respuesta definitiva del citado departamento de la RFA: "Si persiste la negativa, nosotros seguiremos las negociaciones con Daimler", señalaron las citadas fuentes.

El problema de fondo, no obstante, radica en que la última oferta presentada por Daimler para la compra de Enasa establece una serie de condiciones que la hacen inviable. De hecho, la multinacional alemana exige una adaptación de la capacidad productiva de Enasa, que implica un ajuste de 1.000 puestos de trabajo, al tiempo que solicita una renegociación del precio en función a las pérdidas registradas duran te el primer semestre por la compañía española, que se estiman en torno a los 7.000 millones de pesetas.

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