La carretera, altar de sacrificio

Los españoles tienen en la carretera su principal altar de sacrificio. Junto a los accidentes laborales, es la principal causa de muerte no natural; dos de cada tres jóvenes fallecidos entre los 15 y los 24 años se dejan la vida: en accidentes de tráfico. Aun así, a cada conductor que se sienta ante el volante no le basta con lanzarse a la aventura de recorrer la red vial española, sino que incluso se permite el lujo de descuidar el estado de los neumáticos, de creerse un piloto de Fórmula 1 o de despreciar con gesto taurino el quite salvador del cinturón de seguridad. Es muy posible que en su atrevimiento ignore que su uso evita anualmente la muerte de más de 1.200 conductores.

El conductor español y sus acompañantes tiene más posibilidades de morir en la, carretera que otros ciudadanos de la Comunidad Europea. Según los últimos datos, referidos a 1988, facilitados por la Conferencia Europea de Ministros de Transporte (CMTE), el índice de mortalidad en carretera en España sólo es superado por Grecia y Portugal.La Dirección General de Tráfico (DGT) reconoce que uno de los factores que más influyen en la diferencia de accidentes y muertes en España, respecto a la mayoría de países de la CE, es el estado de la red vial; aun así afirma que en el caso de que se consiguieran trazar carreteras casi perfectas, los accidentes no descenderían en más de un 20%. En la mayor parte del resto de los accidentes la culpa recaería sobre el conductor.La DGT se muestra alarmada ante el ascenso de los accidentes en solitario, generalmente por salida de la vía, y ante el incremento de siniestros en autopistas, donde los muertos han aumentado de un 6,30% a un 7,10% en relación al año pasado. La salida de la vía, en casi la mitad de los casos originada por exceso de velocidad, es la única causa de los accidentes que no decrece con los años", según la DGT. Las salidas de la calzada han ascendido de un 35,4% en 1989 a un 37,9% en el presente año. Han disminuido, sin embargo, los accidentes producidos por adelantamientos inadecuados e invasión de la parte izquierda de la calzada; es decir, aquellos achacables a las carreteras.Fernando Falcó, presidente del Real Automóvil Club de España (RACE), se muestra disconforme con la DGT. Para Fernando Falcó, "en España hay más accidentes fundamentalmente por la incapacidad de la red viaria para soportar la densidad de nuestro tráfico". La salida de la vía u otros tipos de accidentes que la DGT atribuye a los conductores "generalmente también están causados por el cansancio que produce conducir por carreteras deficientes".

Poco uso del cinturón

Según la DGT, "el uso del cinturón de seguridad, al contrario de lo que ocurre en otros países, decrece y puede seguir decreciendo". En una encuesta realizada entre los conductores en la que se pide evaluar sobre un índice 10 los elementos destinados a la seguridad en la carretera, el cinturón es puntuado con un tres. Aunque está demostrado que su uso evita lesiones gravísimas en tanta medida como muertos, el cinturón se utiliza poco, en parte, según reconocen los conductores, porque es dificil ser sorprendido en esa infracción.La DGT tiene previsto introducír la obligatoriedad de los cinturones en los asientos traseros en un periodo de tiempo relativamente breve, pero se muestra escéptica sobre su utilización por parte de los conductores. Éstos' quizá ignoren que "los 60 kilos de un pasajero situado en el asiento trasero se pueden convertir por efecto de un frenazo brusco en 1.800, lo cual equivale a viajar con un elefante a la espalda". Muchas veces se ha hablado de la antigüedad de los vehículos españoles como una de las causas de mayor siniestralidad respecto a otros Estados de la CE; sin embargo, son los automóviles con menos de siete años los que intervienen en un mayor número de accidentes mortales. Según la DGT, este hecho se debe a la impericia de los conductores españoles en el manejo de coches más nuevos y potentes, "el conductor tarda tiempo en conocer el vehículo. Además, el coche más viejo circula menos por carretera, lugar donde se produce el mayor número de accidentes con resultados graves". Actualmente existe una tendencia a rejuvenecer el parque automovilístico.Un hecho totalmente sorprendente en España es la abismal diferencia que existe entre los accidentes producidos en carretera y en casco urbano, 83% y 17%, respectivamente. En Alemania los porcentajes son 67% y 33%; y en Francia, 63% y 37%.

Tan bueno como el europeo

El presidente del RACE opina que ésta es una -prueba de que "el conductor español es tan« bueno como el europeo. Si las carreteras no son las culpables, no se explica el hecho de que el conductor español sea el mejor de Europa en zona urbana y uno de los peores en carretera".Todas las partes consultadas están de acuerdo en incidir en la educación del conductor. Según la DGT, el usuario español de vehículos carece de una "tradicional falta de formación vial, aunque la enseñanza que imparten las autoescuelas es buena, en muchos casos más completa que la que se imparte en otros países". La proporción de españoles que se examina por libre es mucho más baja que en el Reino Unido, Bélgica o Francia.Aun así reconoce que la autoescuela solamente puede formar un conductor con los conocimientos mínimos imprescindibles para desenvolverse en la conducción.

Demasiadas colas y obras

El presidente de la Asociación Española de Autoescuelas (AEA) afirma que el principal responsable de la diferencia de accidentes y muertes respecto a la mayoría de los países europeos es "sin duda el estado de la red vial. Los conductores cometen imprudencias cansados de aguantar colas y obras. Nuestras carreteras están además muy mal señalizadas".Otro de los factores fundamentales para el presidente de la AEA es que los conductores españoles tienen una cultura de motorización muy reciente. "La educación debe empezar desde niños. En las autoescuelas enseñamos a conducir, no podemos dedicarnos a educar a los futuros conductores. Quizá tenemos el defecto de adaptar demasiado los conocimientos a la exigencia de superar un examen".

El presidente de la AEA considera necesaria la reforma de las pruebas para conseguir el carné de conducir de motocicletas, "que hasta ahora son un puro ejercicio de equilibrio". En los últimos cinco años el índice de mortalidad en motocicletas ha aumentado en un 132,7%.