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Nueve de los 40 grapos en huelga de hambre son alimentados a través de sonda

Javier Casqueiro

De los 63 presos de la organización terrorista GRAPO que comenzaron una huelga de hambre contra la dispersión penitenciaria el pasado 30 de noviembre, 40 continúan manteniendo esta medida de presión. De ellos, 10 han abandonado la huelga de manera intermitente y nueve están siendo alimentados a través de sonda. En estos momentos, tras atravesar. diversos avatares médicos y una vez superado el impacto de la muerte de José Manuel Sevillano, sólo cuatro permanecen ingresados en un hospital.

El estado de salud de los cuatro hospitalizados, tras 266 días sin comer, es estacionario. Sin embargo, algunos síntomas empiezan a generalizarse: insomnio, fuertes dolores en las articulaciones, hinchazones, problemas con las sondas y pérdida de memoria.Los últimos partes médicos no oficiales de los cuatro grapo que están "por razones preventivas" en el hospital penitenciario de Carabanchel eran, el pasado martes, cuando recibieron la visita de sus abogados y familiares, graves pero no alarmantes. A Fernando Hierro Chomón, que pasó por un dificultoso trance hace un par de semanas, se le ha paralizado provisionalmente la aplicación de los antibióticos que se le estaban suministrando vía intravenosa. Los médicos que lo atienden prevén volver a facilitárselos dentro de 15 días. Este descanso calculado tiene por objeto no crear una situación de dependencia de los antibióticos que pueda llevar a su total inutilidad.

Hierro Chomón, según esta versión oficiosa, tiene que soportar una fístula, padece diarreas frecuentes, no orina y la retención de líquido le produce hinchazones en la cara y otros miembros. Además se le han observado nauseas, así como carencia de iones, proteínas, sodio, potasio, cloro y calcio.

Otro de los ingresados desde hace 77 días en el hospital penitenciario, José María Sánchez Casas, tiene también diarreas, le intentaron colocar suero con antibióticos, pero el pasado martes él mismo se quitó la sonda y se le han detectado pérdidas sensoriales. "Aunque no pierde la consciencia sí, a veces, el sentido de la realidad", comenta una de las personas que le visitó el martes José Balmón Castells es, para los que tuvieron ocasión de verle recientemente, el que peor color tiene. "Está blanco como la cera", han llegado a precisar. Rigidez en las articulaciones, dolores y mareos son otros síntomas que se le apreciaron. Parecidos a los que soporta Francisco Brotons Beneyto, que ha superado varias paradas cardiacas y ahora está con la cara y los brazos hinchados por la retención de líquido De los cuatro hospitalizados ninguno, según fuentes oficiales, está conectado a la sonda y se alimentan de compuestos vitamínicos. El mismo método de mantenimiento es utilizado voluntariamente, según esta versión, entre los 31 grapo a los que no se ha aplicado la sonda. La mayoría de los grapo en huelga de hambre tienen, también, problemas para dormir y descontroles en los riñones y con la memoria. El caso más reciente constatado ha sido el de Ana García Rueda, que se encuentra a la espera de ser juzgada por la Audiencia Nacional de Madrid en la prisión gaditana del Puerto de Santa María. Fuentes penitenciarias, aunque son remisas a la hora de ofrecer información sobre la evolución médica de estos presos, han desmentido, sin embargo, que Ana García esté grave o haya perdido la memoria.

Red propia de correos

Francisco Javier Ros Díaz tiene falta de memoria, complicaciones con un riñón y con la visión, según relata en una carta. Ros, de 29 años, preso ahora en Alcalá Meco, añade en su misiva que se le ha impedido "como chantaje" la comunicación con su madre. Los abogados y la familia mantienen, ante los problemas que originó la dispersión a la hora de recabar información de los presos repartidos por toda la geografía nacional, su propia red de contactos. Las cartas se reparten, las familias comparten pisos y acuden en compañía a realizar las visitas.

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Antonio Narváez Ternero, denuncia en su última carta (escrita el 2 de agosto y recibida el día 20) que los responsables de la prisión de Cartagena no le quieren enviar al hospital, que le han inyectado la sonda contra su voluntad y que le intervienen la correspondencia. Al no haber encontrado abogado se lamenta porque se considera indefenso. "Cada vez me mareo más y tengo menos capacidad de concentración", dice sobre su salud, afectada por dolores en la garganta que se le produjeron al meterle la sonda gástrica que ahora le han introducido por la nariz. Narváez sin embargo mantiene la necesidad de llegar "hasta el final" con la reivindicación.

Parejas a distancia

Al menos diez de los cuarenta grapos en huelga de hambre tienen entre sí algo más que coincidencias políticas, ideológicas o penales. Las relaciones de parejas, incluso de matrimonios, más o menos normales cuando estaban fuera de prisión, continúan ahora vigentes a kilómetros de distancia y se tienen que basar en el mejor de los casos en cartas o en conversaciones transmitidas a través de intermediarios familiares.El primero en marcar esta pauta fue José Manuel Sevillano, que falleció en Madrid el pasado 25 de mayo y que estaba casado con Rosario Narváez Ternero, con la que tenía una hija. Rosario es hermana además de Antonio Narváez Ternero, preso en Cartagena. Sevillano, en cualquier caso, no era el único que mantenía relaciones con una compañera de la misma organización terrorista.

José Balmón Castells, ingresado desde hace 76 días en el hospital penitenciario de Carabanchel, es el compañero de Milagros Caballero Carbonell, ingresada en la cárcel de Yeserías con graves problemas por una lesión cerebral. Joaquín Calero Arcones, de 41 años, condenado a 107 años por diversos atentados, se mantiene en la prisión de Cáceres sólo con agua desde hace dos meses, según le contó él mismo a su madre el pasado sábado. Su compañera, Josefina García Aramburu, está en Logroño y sufrió hace aproximadamente un mes y medio una lipotimia de la que se ha recuperado.

Telmo Varela y Josefa López, Sebastián Rodríguez y Alicia Artímez, Francisco Cela Seoane y Teresa de Jesús González son también parejas y en algún caso forman matrimonios. Otros, como José Jiménez -que está encarcelado en Logroño y ha abandonado la huelga de hambre- tienen previsto contraer matrimonio en breve plazo.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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