El pícaro invidente
Detenido un ciego que 'pagaba' sus juergas en los clubes con un 'cheque' escrito en Braille
El taxista estaba mosqueado con aquel ciego que había alquilado sus servicios en Madrid, que después le había hecho trasladarle a Badajoz y que al regreso a la capital de España le había ordenado pararse en varios clubes de carretera para tomar unas copas rodeado de exuberantes mujeres.Lo que más le extrañó al taxista, sin duda, fue que su cliente siempre pagaba con un vale de la ONCE que firmaba por el sistema Braille mediante una maquinita especial. A la hora de abonar la carrera, intentó hacerlo por el mismo sistema, pero el taxísta decidió llevarle a la comisaría del distrito de Vallecas, donde se aclaró el entuerto: el pícaro invidente resultó ser un vividor del que un juez quería averiguar su paradero.
Hace unos días, otro taxista había denunciado en la comisaría del distrito de Universidad que había recogido a un invidente en la plaza de Santa Bárbara, que inicialmente le explicó que deseaba dar una vuelta por Madrid para tomar unas copas. Al cabo de un rato, le dijo que quería viajar a Alcázar de San Juan (Ciudad Real), aúnque luego cambió de idea y decidió ir a Cáceres para hacer una gestión en el Ayuntamiento. El taxista explicó a los agentes que el cliente le había abonado las 36.500 pese tas del viaje mediante una especie de talón con el logotipo de la ONCE, donde imprimió unos caracteres de Braille. Sin embargo, llegó a cobrar el presunto pagaré en la oficina de la ONCE y allí descubrió la amarga verdad: el expendedor del supuesto cheque, que no tenía el menor valor, le había tomado el pelo.
Champaña y mujeres
Al día siguiente, el propietario de un top less de la calle de Ferraz relató en la misma comisaría que un ciego se había pasado cuatro horas en su local, bebiendo champaña y alternando con las mujeres. A la hora de pagar las 110.000 pesetas de la cuenta lo había hecho con un papel que dijo podía hacerse efectivo en el Banco Central. Y quién iba a dudar de un hombre con bastón blanco, al que, para colmo de males, le habían robado la cartera en Ceuta, según aseguró él mismo... Así que aceptó sin recelos el documento, que para su propia desgracia luego resultó no tener el menor valor.La policía inició sus investigaciones tras los pasos del presunto estafador, del que la Organización Nacional de Ciegos de España ya tenía noticias porque a sus oficinas de la calle de Prim venían acudiendo desde hace tiempo personas que pretendían cobrar unos supuestos cheques carentes de validez.
Las andanzas del juerguista invidente terminaron hace una .semana, cuando el taxista que le había trasladado a Badajoz sospechó del cheque con el que aquél pretendía abonarle la carrera. En la comisaría del distrito de Vallecas se aclaró la identidad del ciego: Salvador Tronchony Jiménez, de 43 años, natural de Picasent (Valencia), detenido con anterioridad en cinco ocasiones, la última de ellas el 24 de enero pasado, acusado de una estafa en Salamanca.
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